La precariedad del empleo que se está creando desde que se empezó a notar la recuperación económica tiene algunos indicadores que han encendido las alertas de los sindicatos, las patronales y la Comisión Europea. España se ha convertido en uno de los países europeos con unas bolsas más abultadas de empleo a tiempo parcial y temporal que en muchos casos ocultan contrataciones fraudulentas. Desde el 2008, el empleo con jornada reducida ha crecido un 16% y afecta ya a 2,8 millones de ocupados, según la encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre de este año.

Curiosamente, el porcentaje del 'boom' del trabajo a tiempo parcial es casi idéntico al de la caída del empleo a jornada completa en el mismo periodo de tiempo, que pasó de 18,1 millones de ocupados a 15,1 en la EPA cerrada el pasado marzo.

De forma paralela, la cifra de trabajadores que declaran que quieren trabajar más horas de las declaradas también ha crecido un 15% durante la crisis y alcanza ya los 2,3 millones de personas. Lo que no detecta la EPA es cuántos de esos empleados con un contrato con jornada reducida acaban trabajando las ocho horas diarias del tiempo completo o incluso más a través de horas extras o prolongaciones fraudulentas de la dedicación laboral efectiva.

"EXPLOTACIÓN LABORAL"

El Gobierno de Baleares, una de las comunidades autónomas en las que se aprecia más el efecto estacional propio de la temporada turística, está preparando un peinado de los contratos en empresas de la hostelería en pleno verano con el fin de destapar lo que considera abiertamente como una muestra de "explotación laboral". De hecho, la campaña de inspección, que se puso en marcha por primera vez en agosto del 2015, se llama Plan de Lucha contra la Explotación Laboral. El primer peinado de empresas sospechosas de abusar del empleo a tiempo parcial y temporal dio como resultado la existencia de fraude en un 25% de los contratos.

La campaña se organizó en un tiempo récord de unas semanas, poco después de la llegada a la Conselleria de Treball del inspector laboral Iago Negueruela, y contó con la colaboración del Ministerio de Empleo mediante el envío a las islas de 32 inspectores de refuerzo procedentes de otras autonomías para llevar a cabo el peinado, lo que le costó al Ejecutivo balear 300.000 euros en dietas y manutención. En ese momento, un 40% de los nuevos contratos en Baleares eran a tiempo parcial y 9 de cada 10, temporales.

El efecto directo de la campaña de inspección y el disuasorio hizo que las conversiones de temporales en indefinidos aumentaran un 60% en los meses del peinado, y que las comunicaciones de incrementos de jornada en los contratos subieran un 28%.

INVESTIGACIÓN DIFÍCIL

A pesar de la concentración de fraude en la bolsa de empleo a tiempo parcial, los inspectores tienen más difícil pillar a las empresas que cometen abusos ya que requiere "una investigación más a fondo que con los contratos temporales", según explica Negueruela. "Antes apenas existía empleo a tiempo parcial. Pero desde hace unos años se ha producido un 'boom' ante la creencia de que todo estaba permitido con tal de crear empleo", aseguró el 'conseller' a este diario durante una visita a Barcelona con motivo de una conferencia en la Fundació Utopia.

La campaña que se está preparando para este verano será similar a la del 2015 y hará un cribado previo de las empresas con más contratos sospechosos a través de las bases de datos de la Seguridad Social e incluirá también una parte de inspecciones nocturnas.

BRUSELAS CRITICA LA PRECARIEDAD DE ESPAÑA

En el último informe de evaluación de las políticas económicas de España, la Comisión Europea advierte de que el reciente aumento en el empleo total "ha sido impulsado principalmente por los contratos temporales, aunque el número de contratos indefinidos de nueva firma está aumentando lentamente". Ello ha llevado a situar a España como uno de los países europeos con un peso mayor del empleo eventual, lo que hace que "las oportunidades para los trabajadores temporales para pasar a un contrato indefinido siguen siendo bajas". Además, Bruselas considera que "la corta duración de los contratos temporales limita los incentivos para invertir en capital humano, lo que dificulta el crecimiento de la productividad".

La Comisión, al igual que los sindicatos, pone de relieve el contraste entre la reducción cuantitativa del desempleo y los problemas laborales subyacentes en el mercado de trabajo español. "A pesar de la rápida disminución, el desempleo sigue siendo muy elevado, en particular entre los jóvenes, y su duración media va en aumento", advierte el informe de Bruselas. Además, la persistente tasa de desempleo elevada a largo plazo "implica que los riesgos de desempleo se arraiguen, afectando negativamente a las condiciones laborales y sociales". El principal riesgo se centra en la bolsa de paro de larga duración, en la que casi el 60% son personas poco cualificadas, lo que, según la Comisión, "exige políticas activas y pasivas del mercado de trabajo y de formación adecuados para hacer frente a los desajustes" de los perfiles profesionales de los parados y de las ofertas de trabajo.