Pese a las malas perspectivas que se apuntaban hace justo un año, las bolsas han vivido un 2019 muy positivo. El índice MSCI ACWI, que reúne a las más de 2.700 principales empresas cotizadas de los 23 mayores países desarrollados y los 26 emergentes, subió el 26,6%, su mayor incremento desde el 2009 (34,63%) y tras el castigo registrado en el 2018 (-9,41%, el mayor descenso desde el 42,19% del 2008). Para el 2020, los expertos auguran un nuevo año de subidas, si bien más modestas, probablemente de un solo dígito. Y eso sí, todas las previsiones vienen matizadas por llamamientos a la prudencia, habida cuenta de las muchas incertidumbres que siguen pendiendo sobre los mercados.

Hace doce meses, los inversores preveían una fuerte desaceleración y temían incluso la llegada de una recesión. Finalmente, el frenazo fue menos acentuado de lo que se esperaba, lo que permitió un 'rally' alcista en los mercados en la última parte del ejercicio, favorecido por los tipos bajos y la alta liquidez aportados por los bancos centrales. Un año después, los analistas auguran un rebote de la actividad para el 2020. "El crecimiento económico tocará fondo en primavera, gracias a la relajación de las tensiones derivadas del enfrentamiento entre Estados Unidos y China y al riesgo relativamente bajo de que se produzca una recesión", ha apuntado esta semana Bank of America.

PENDIENTES DE EEUU

"Nuestro escenario central contempla un crecimiento constante, la continuación de la política monetaria expansiva (por parte de los bancos centrales) y la disminución de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, lo que beneficiará a los activos de riesgo", ha sostenido Azad Zangana, economista senior de Schroders, acertando a resumir el sentimiento mayoritario de los expertos. Con todo, este escenario base está sometido a no pocas amenazas que, de confirmarse, provocarían que no se cumplan las previsiones de rebote del PIB mundial.

"La tendencia sigue siendo muy alcista en la bolsa estadounidense, lo que está tirando del resto de las bolsas del mundo al alza. Sin embargo, si no se produce una mejora de la economía durante el 2020, la situación puede ser insostenible. No hay que olvidar que Estados Unidos se encuentra en este momento en el ciclo expansivo económico más largo de su historia, y si bien eso no significa que vaya a acabarse en breve, si nos dice que probablemente estemos en la fase final del ciclo", ha advertido Pablo Gil, jefe de estrategia de XTB.

TENSIÓN COMERCIAL

"Hay que seguir contando con un escenario de alta volatilidad, alimentado también, entre otros factores, por las incertidumbres políticas", ha advertido Allianz. El principal elemento del que depende la evolución de la economía y los mercados sigue siendo la pugna comercial entre las dos grandes potencias mundiales. "Un acuerdo global entre Estados Unidos y China resulta ilusorio a día de hoy", si bien "ambas partes tienen importantes motivos para evitar una escalada de las tensiones, especialmente Trump en el que podría ser el año de su reelección como presidente", ha opinado Esty Dwek, de Natixis.

Con todo, otros analistas apuntan que es probable que el mandatario estadounidense mantenga la tensión con China como baza electoral de carca a los comicios de noviembre. "Puede que se eliminen algunos aranceles y que la incertidumbre disminuya hasta cierto punto, pero no se puede esperar que los flujos comerciales se recuperen hasta el nivel en el que se encontraban cuando el presidente Trump comenzó a gravar las mercancías chinas", ha sostenido Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier.

CISNES NEGROS

Otros factores geopolíticos que pueden perjudicar el desempeño de las bolsas son las negociaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido para acordar su relación posterior al 'brexit', el conflicto entre Estados Unidos e Irán, o la creciente tensión social en regiones como Latinoamérica y Hong Kong. Ello sin descartar los siempre imprevisibles 'cisnes negros' que puedan surgir, tanto en este ámbito como en el puramente económico, como podría venir por la asunción de riesgos excesivos por parte del sector financiero no bancario o por unos beneficios empresariales que dan señales de debilidad.

Por el lado de las autoridades monetarias, el mercado no espera que el Banco Central Europeo (BCE) baje más los tipos este año, si bien la primera subida se augura para finales del 2022. La institución, en cualquier caso, ya ha dejado claro que su margen de actuación es estrecho y ha instado a los países que se lo puedan permitir a gastar más para estimular la economía. Pero es poco probable que suceda. "La falta de disposición de las autoridades alemanas a utilizar su margen de maniobra presupuestario impedirá que el conjunto de la economía de la zona del euro se recupere por completo del conflicto comercial y de la crisis del sector del automóvil", ha sostenido el analista de Lombard Odier.