El pánico al coronavirus ha alcanzado este lunes un nivel con escasos precedentes en los mercados. Al temor de los inversores al impacto que pueda tener la enfermedad en la economía mundial, se ha sumado el hundimiento del precio del petróleo. El pasado viernes, la OPEP no logró que Rusia aceptase prorrogar el recorte de la producción con la que el cártel pretendía sostener los precios ante la caída de la demanda. Como reacción, Arabia Saudí ha anunciado que aumenta el bombeo y abarata su crudo para no perder cuota de mercado, lo que ha provocado por momentos una caída de en torno al 30% en el coste del barril, sin precedentes desde la Guerra del Golfo de 1991. En línea con el resto de selectivos europeos, el Ibex 35 se ha desplomado un 7,96%, hasta los 7.708,7 puntos, en la cuarta mayor caída de su historia.