El tipo de interés que debe pagar el Tesoro para colocar su deuda pública sigue marcando nuevos mínimos históricos. El Tesoro español se puede permitir ahora remunerar con apenas el 0,143% de interés los nuevos bonos a 10 años y desde el Gobierno no se descarta incurrir pronto en tipos negativos.

Es decir, que puede no estar muy lejos el día en el que el Tesoro español cobre a los inversores que compren bonos españoles a 10 años, en lugar de tener que pagar por ello. Lo que ya ocurre desde hace años con las letras a corto plazo (de 3 a 12 meses) y lo que ha empezado a suceder con los bonos a 3 y 5 años puede llegar también al largo plazo.

En principio, los bajos costes de la deuda están promovidos por la política de bajos tipos del Banco Central Europeo.

El secretario general del Tesoro Público, Carlos San Basilio, explicó ayer en Radio Nacional que si las agencias de calificación optan por mejorar sus respectivas notas sobre la deuda española (igual que hizo ayer la japonesa R&I) España podría pasar a cobrar por vender deuda a diez años, como ya sucede en Alemania (-0,68%) y en Francia (-0,37%).

Standard & Poor’s prevé emitir su nota de calificación sobre la deuda española el 20 de septiembre (poco antes de la fecha tope para lograr un acuerdo de Gobierno). Moody’s prevé hacerlo el 15 de noviembre (cinco días después de una hipotéticas elecciones, si no se hay un acuerdo).

En un año el tipo de interés del bono se ha abaratado en casi 1,3 puntos (desde el 1,426% de agosto del 2018) y se sitúa muy lejos de las tasas del 2011, del 5,5%, en plena crisis de confianza sobre España.

Todo esto significa que España está logrando grandes ahorros en el pago de intereses. Ello está ayudando a reducir el déficit público y a bajar el peso de la deuda sobre el PIB. Gracias a ello, el Gobierno ya decidió reducir en 5.000 millones la emisión neta de deuda hace unos meses (de 35.000 a 30.000 millones).