La petrolera BP, que cuenta con una refinería en el Grau de Castelló, ha comunicado a su personal que planea la supresión de 10.000 empleos para finales de año, por el impacto de la pandemia del coronavirus, informaron ayer los medios británicos.

BP, con una fuerza laboral global estimada en 70.000 personas, ya había comunicado en abril su intención de reducir los gastos este ejercicio un 25%, después de que la crisis del covid-19 provocase un desplome de la demanda de petróleo en todo el mundo.

Estos recortes forman parte del objetivo del consejero delegado, Bernard Looney, de llevar a la compañía hacia el sector de los renovables. En un correo al personal y divulgado por los medios locales, Looney señaló que la empresa empezará un «proceso que verá cerca de 10.000 personas marcharse de BP, la mayoría a finales de este año».

Desde que estalló la crisis, los precios del crudo se hundieron después de que las compañías aéreas tuvieran que suspender los vuelos. En los últimos días, los precios mejoraron y el crudo Brent cotizaba ayer a unos 42,86 dólares, después de que la OPEP y sus aliados confirmasen la extensión del recorte de su oferta hasta el 31 de julio.