El brexit duro amenaza al sector aéreo español. Un escenario sin acuerdo final en el conflicto entre el Reino Unido y la UE podría poner en apuros a gigantes de la aviación como Iberia y Vueling, propiedad del hólding IAG (que también tiene British Airways y Aer Lingus). Sin embargo, el Ministerio de Fomento entiende que Iberia «es una compañía europea» y «cumple las condiciones de control y accionarial», por lo que «no va a tener problemas» en caso de un brexit duro, destacó ayer el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Pedro Saura.

La Comisión Europea lleva meses advirtiendo de que la regulación europea establece que, para que una compañía aérea pueda mantener en vigor la licencia de explotación, más del 50% de la propiedad, así como su control efectivo, deben recaer en sus Estados miembros o empresas nacionales.

En IAG la cuestión del futuro de sus aerolíneas preocupa. De hecho, lleva meses trabajando con la esperanza de que se alcance un acuerdo, pero sin olvidar la posibilidad del brexit duro. Ante este escenario, uno de los últimos movimientos ha sido la presentación por parte de Iberia de un plan de contingencia a Fomento para demostrar que «cumple con las condiciones de control y accionariado», según reveló la semana pasada el ministro de Fomento, José Luis Ábalos.

El plan de contingencia diseñado recoge las medidas previstas en caso de que se produjera el brexit duro y que garantizarían el cumplimiento del ámbito normativo europeo. Entre otras, se esgrimiría que la mayoría de los derechos políticos son controlados por una sociedad española, Garanair, en este caso propiedad de El Corte Inglés.

Por su parte, desde fuentes de Vueling aseguraron ayer estar «tranquilos» ante la situación de la aerolínea, y recuerdan que el mejor ejemplo es que siguen vendiendo billetes y preparando las próximas campañas con «normalidad».