El gestor aeroportuario español Aena prevé reducir sus beneficios este año. El freno del turismo, principalmente por las incertidumbres que genera el brexit sobre uno de los principales mercados de turistas de España como es el británico, pasa factura a los planes de Aena para los próximos años. La compañía semipública de gestión de aeropuertos, controlada en un 51% por el Estado, admitió ayer que el incremento de los pasajeros que pasan por sus instalaciones en el país se moderará desde el 8,9% del año pasado al 5,5% este ejercicio (262,9 millones) y a un «prudente» 2% el próximo (268,1 millones), debido a que la llegada de británicos bajó más de lo previsto el verano pasado. La consecuencia es que los resultados de la empresa van a estar por debajo de lo que esperaban los analistas. El grupo va a mejorar sus ingresos el 5,3% en el 2018 y el 2,7% en el 2019, pero los gastos van a crecer con más fuerza (6,5% y 4,3%) debido a la «mayor exigencia de servicios de calidad» por parte de los pasajeros. Ello provocará que el resultado operativo se sitúe en los 2.584 millones este ejercicio y en los 2.588 millones el próximo, cuando el mercado esperaba 2.366 y 2.703 millones.

También ha defraudado la previsión de beneficios para el 2018 (1.272 millones frente a 1.318 millones) y el 2019 (1.311 millones frente a 1.383 millones), lo que provocó que las acciones de la firma llegasen a caer ayer hasta el 4,86% en bolsa durante la sesión. Al cierre, los títulos bajaron el 4,74% y anotaron una cotización de 139,75 puntos, y eso a pesar de que ha confirmado su objetivo de pagar el 80% del beneficio como dividendo a sus accionistas hasta el 2020 (abonará 975 millones este año y 1.001 millones el próximo).

El nuevo presidente de la compañía, Maurici Lucena, defiende que las perspectivas de Aena son «prometedoras» a largo plazo, ya que se prevé que el tráfico aéreo mundial se duplique hasta el 2036.

El exportavoz socialista en el Parlmento catalán refrendó ayer el plan estratégico 2018-2021 que se elaboró bajo la presidencia de su antecesor, el popular Jaime García-Legaz, y vino a avalar la gestión de la compañía durante los Gobiernos de Rajoy. Aena, dijo, es hoy una empresa «sólida, rentable y eficiente», con una «línea de continuidad clarísima».

CRECIMIENTO / La estrategia del grupo para los próximos años busca «consolidar su crecimiento y abrir nuevas líneas de negocio». En el primero de estos campos, invertirá 1.571 millones de euros hasta el 2026 (530 hasta el 2021) en ampliar la capacidad de Barajas hasta los 80 millones de pasajeros. En El Prat el desembolso será de 1.274 millones (214 millones en la primera fase) para alcanzar los 70 millones. En este caso, el objetivo más inmediato es remodelar el dique sur de la T1 para que pase de albergar vuelos regionales a los de larga distancia. La construcción de un nuevo edificio satélite será en la segunda fase, entre el 2022 y el 2026. Aena también quiere aumentar sus ingresos comerciales, ya que por pasajero están en torno a un 30% por debajo de la media europea. En el caso de Barcelona, planea incrementar un 8% la superficie comercial y hacer que los pasajeros internacionales pasen por los establecimientos de la T1.

En nuevos negocios, la apuesta estrella son los anunciados planes para realizar desarrollos inmobiliarios en torno a Barajas (2.997 millones de inversión) y El Prat (1.264 millones). Los primeros edificios no estarán ocupados hasta el 2022.