"Es demasiado pronto para evaluar el alcance del impacto económico del coronavirus", sostiene con cautela el comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni. Sin embargo, admite que cuanto más se prolongue la epidemia del coronavirus desatada en China, mayores serán los efectos económicos y mayor la probabilidad de que se produzca un "efecto dominó" que repercuta en el sentimiento económico y la situación financiera mundial.

La advertencia figura en las nuevas previsiones interinas de invierno presentadas este jueves por la Comisión Europea en las que apunta a un crecimiento estable del 1,2% en la eurozona durante 2020 y 2021, y del 1,4% en el conjunto de la Unión Europea, una décima menos de lo proyectado hace tres meses. Esto, según el diagnóstico actualizado por el Ejecutivo comunitario, permitirá experimentar "el periodo más largo de expansión desde el lanzamiento del euro en 1999", ha destacado el socialista italiano que ve "desarrollos alentadores" en relación a las tensiones comerciales y a la posibilidad de evitar un 'brexit' sin acuerdo.

En el horizonte comunitario, sin embargo, hay nubarrones importantes empezando por el virus de Wuhan que ya se ha llevado por delante el Mobile World Congress de Barcelona. "Hay incertidumbre política significativa", que arroja dudas sobre el sector manufacturero, y mucha incertidumbre entorno al posible impacto del coronavirus, que constituye un "riesgo a la baja" para las perspectivas de crecimiento de la eurozona. "Es una asunción y no una previsión", ha reiterado Gentiloni que ha insistido en que no es posible hacer ninguna predicción concreta hasta no tener más datos, y conocer la duración y la extensión del brote.

"CRECIENTE PREOCUPACIÓN"

Consecuencias, en todo caso, habrá. "El brote y la propagación del coronavirus 2019-nCoV y su impacto en la salud pública, en vidas humanas y en la actividad económica es motivo de creciente preocupación" y "que las tendremos está claro pero la extensión de las mismas está conectado con lo que se prolongue el virus", ha insistido recordando la importancia de la economía china que representa por ejemplo el 18% del gasto global en transporte. "Si el brote continúa, pueden imaginarse en los sectores conectados (con el transporte) el impacto que podemos llegar a tener", ha alertado.

De momento, el escenario central de trabajo de la Comisión Europea es que el brote toque techo durante el primer trimestre del año, con repercusiones limitadas a nivel internacional y una recuperación en los siguientes trimestres. Sin embargo, "la duración del brote y las medidas de contención promulgadas son un riesgo clave a la baja" y "cuanto más dure mayor será la probabilidad de que haya efecto negativo sobre el sentimiento económico y las condiciones financieras globales".

En este sentido, Bruselas admite que el impacto económico en otros países, más allá de China, podría ser mayor y más duradero si la infección sigue propagándose a nivel mundial o si hay interrupciones en la cadena de valor mundial difíciles de anticipar. "Cuanto más dure, mayor será la probabilidad de que provoque efectos colaterales sobre el sentimiento económico y en las condiciones globales de financiación que se sumarán a las perturbaciones directas en la oferta (por ejemplo el número de días de trabajo perdidos- o en la demanda) o la demanda (prohibiciones de viajar, restricciones a la movilidad o el cierre de tiendas)".