Tras una década de austeridad la Comisión Europea mueve ficha para incluir, en el nuevo presupuesto de la Unión Europea para el período 2021-2027, el esperado fondo anticrisis. Una nueva facilidad financiera dotada con 30.000 millones de euros que permitirá ayudar financieramente a los países de la Eurozona que sufran choques económicos repentinos, con préstamos garantizados por el presupuesto europeo, que aportarán, sin contrapartidas, un apoyo adicional cuando las finanzas públicas estén bajo presión.

No es el presupuesto de la Eurozona con el que dirigentes como el francés Emmanuel Macron sueñan ni tampoco una rendición sino «una propuesta equilibrada que abre el camino» y la primera ocasión en que la UE se dota de «un instrumento de solidaridad y progreso», valoró el comisario Pierre Moscovici durante la presentación. La nueva facilidad nace con el objetivo de proteger las inversiones públicas en caso de grandes perturbaciones asimétricas y facilitar la recuperación económica de los países de la zona euro y de aquellos que participan en el mecanismo de tipo de cambio. Los préstamos no llevarán como condición ningún tipo de vigilancia como la de la troika.