Ikea está en el punto de mira de la UE. La batalla de la Comisión Europea contra los regímenes fiscales que permiten la elusión de impuestos en la Unión Europea no ha terminado. Y la última multinacional a la que ha echado el guante la comisaria de la competencia, Margrethe Vestager, es Ikea. El Ejecutivo comunitario ha decidido abrir una investigación en profundidad porque teme que el tratamiento fiscal de Holanda a Inter Ikea, uno de los dos grupos que explotan la actividad de la multinacional, podrían haber permitido a la compañía sueca pagar menos impuestos dándoles una ventaja ilegal en vulneración de las reglas de ayudas de Estado de la UE.

Bruselas no da cifras sobre el montante eludido pero un informe del grupo de los Verdes de la Eurocámara cifraba en unos 1.000 millones de euros lo que la multinacional había dejado de pagar entre el 2009 y el 2014 gracias a la planificación fiscal agresiva.

En el caso de España, por ejemplo, y según el mismo estudio la empresa habría dejado de pagar 7,7 millones de euros, lejos no obstante de los 36,6 millones de Alemania, los 23,8 millones de Francia, los 11,6 millones de Reino Unido o los 10,1 de Suecia, país en el que nació la marca.