En el año 2060 por cada persona que se jubile solo habrá dos en edad de trabajar frente a las cuatro actuales lo que significa máxima presión para unos sistemas de seguridad social ya muy tocados. Para estimular el mercado de las pensiones, la Comisión Europeapropone ahora la creación de un producto paneuropeo de ahorro privado de pensiones (PEPP en sus siglas en inglés), complementario con los sistemas nacionales y de carácter voluntario, con costes y tarifas transparentes, y que los consumidores podrán transferir de un Estado miembro a otro.

Según las cifras que maneja el Ejecutivo comunitario, actualmente solo el 27% de los ciudadanos de entre 25 y 59 años tienen contratado algún tipo de plan de pensiones complementario privado. Es decir, 67 de los 243 millones de ciudadanos en esa horquilla de edad residentes en la UE. En Bruselas creen que hay mercado y que un producto de estas características permitiría además estimular las inversiones económicas. "Tiene un enorme potencial porque ofrecerá a los ahorradores de toda la UE más posibilidades de elección a la hora de guardar dinero para la jubilación” e “impulsará la competencia al permitir que los prestadores de estos servicios financieros los ofrezcan más allá de los mercados nacionales”, asegura el vicepresidente para el euro, Valdis Dombrovskis.

El mercado mercado de pensiones actual está fragmentado y se concentra en unos pocos Estados miemros. El PEPP, alega la Comisión, ofrecerá una mayor capacidad de elección y estará sujeto a estrictas obligaciones de información y a la autorización de laAgencia Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación(EIOPA) que será responsable de decicir qué productos pueden ser comercializados por aseguradoras, bancos, fondos de pensiones de empleo, empresas de inversión y gestores de activos.

Según la propuesta de reglamento diseñada por Bruselas, los ahorradores que contraten este tipo de productos tendrán derecho a cambiar de proveedor una vez cada cinco años con unos costes que estarán regulados de antemano. Además, podrán transferir de un Estado miembro a otro los ahorros acmulados y seguir contribuyendo manteniendo su contrato. Al final de la vida útil del plan podrán rescatar los ahorros a través de distintas opciones pactadas previamente con el proveedor. Las aportaciones se realizarán en compartimentos nacionales de forma que el ahorrador tributará por cada una de ellas en función de las obligaciones fiscales de cada país.

TRATAMIENTO FISCAL VENTAJOSO

En una recomendación paralela, la Comisión Europea ha dejado claro que estos productos ni sustituirán a los sistemas nacionales ni los armonizarán aunque ha animado a los Estados miembros a conceder a los PEPP el mismo trato fiscal que actualmente se dispensa a los productos similares que ya existen, aunque no cumplan con los criterios de desgravación fiscal, para dar un impulso inicial. Bruselas también insta a los gobiernos de la UE a intercambiar sus mejores prácticas sobre la tributación de sus actuales productos de pensiones para fomentar la convergencia de los sistemas.

Para su aprobación, el plan necesita el visto bueno del Consejo y delParlamento Europeo y la Comisión confía en que pueda ser aprobado y entre en vigor en 2019. Actualmente, los productos de pensiones individuales en los 28 cuentan con activos por valor de 700.000 millones de euros. Las estimaciones apuntan a que se duplicarán para el 2030 y que podrían hacerlo todavía más con un producto como el PEPP.