La Comisión Europea vuelve a empeorar la previsión de crecimiento de España para 2018 que será del 2,6% del PIB, dos décimas menos que lo pronosticado en verano y la misma prevista por el Gobierno de Pedro Sánchez en el cuadro macroeconómico actualizado a mediados de octubre. Además, el agujero presupuestario será también mayor del anunciado. El déficit público se disparará de nuevo: al 2,7% del PIB -frente al 2,2% prometido a la UE y el 2,6% augurado en mayo- debido al aumento del gasto en pensiones, el incremento salarial de los funcionarios y, en menor medida, la rebaja de impuestos para las personas con bajos ingresos.

El crecimiento en cualquier caso seguirá siendo robusto -del 2,6% en 2018, 2,2% en 2019 y 2% en 2020- aunque habrá una desaceleración debido a una contención del gasto privado de los hogares y a un aumento de los precios del petróleo. “Sin embargo, la robusta expansión del empleo y la aceleración del aumento salarial seguirá apoyando un incremento de los ingresos disponibles en el horizonte de las previsiones”, señala la Comisión en su análisis. El resultado es que la tasa de ahorro de los hogares, que alcanzará un mínimo histórico este año, volverá a recuperarse en 2019 y a aumentar en 2020.

La nueva radiografía, elaborada por los expertos comunitarios, confirma que la reducción del déficit se ha ralentizado debido a las medidas incluidas en el presupuesto de 2018 y augura que el desvío presupuestarios seguirá reduciéndose, hasta el 2,1% en 2019, gracias al “firme crecimiento económico” y al “impacto neto de las medidas previstas en el borrador presupuestario de 2019”. Concretamente, según Bruselas, debido al aumento de los ingresos de los impuestos medioambientales, el impuesto de sociedades y el IRPF así como las nuevas la tasa a las transacciones financieras y la tasa Google. Todo esto ayudará a compensar el aumento del gasto en pensiones, cuidados y baja de paternidad. Además, si no hay cambios de política económica el déficit se reduciría al 1,9% en 2020.

"EXISTE INCERTIDUMBRE"

Las nuevas previsiones se basan “en una evaluación cautelosa de las medidas incluidas en el plan presupuestario de 2019” y la Comisión Europea admite que “existe incertidumbre” sobre el rendimiento que tendrán algunas de las nuevas medidas fiscales y el impacto fiscal del aumento previsto del salario mínimo. El Ejecutivo comunitario también teme que algunas de las medidas de gasto planificadas por el Gobierno de Pedro Sánchez podrían “no ejecutarse en su totalidad”. Y alerta de nuevo de que las compensaciones que tendrán que pagarse tras la decisión del Tribunal Supremo de febrero de 2018 de declarar nula la concesión de agua de ATLL en Cataluña podría aumentar el agujero del déficit público.

El nuevo cuadro macroeconómico dibujado por Bruselas confirma también que la deuda pública seguirá cayendo aunque muy lentamente: al 96,9% en 2018, 96,2% en 2019 y 95,4% en 2020. Lo mismo ocurrirá con la tasa de desempleo que caerá al 15,6% este año, al 14,4% en 2019 y 13,4% en 2020, el nivel más bajo desde que estallara la crisis financiera hace una década. Con todo, el mensaje que sale de Bruselas no es positivo. “Se espera que el crecimiento del empleo se ralentice como consecuencia de la desaceleración de la demanda final, así como el efecto amortiguador del aumento previsto en el salario mínimo”, sostiene el Ejecutivo.