El Bundesbank, el banco central de Alemania, ha asumido que la locomotora europea pudo entrar ya en recesión técnica en el tercer trimestre del 2019. La institución anticipó ayer que el PIB podría haber sufrido una ligera contracción, que se sumaría a la caída del 0,1% registrada entre los meses de abril y junio, aunque sostiene que este retroceso no evidencia un deterioro significativo y generalizado de la economía.

En su análisis, la entidad considera que la recaída del PIB alemán responde principalmente al debilitamiento de la industria orientada a la exportación, mientras que los sectores más enfocados a la economía doméstica continuaron creciendo, a la vez que continúa la buena situación del mercado laboral y que las perspectivas de ingresos para los consumidores siguen siendo favorables.

«Los principales indicadores muestran actualmente pocos signos de una recuperación sostenida de la economía de exportación y de estabilización en el sector industrial», advierte la institución, por lo que esta situación aumenta el riesgo de que la tendencia a la baja se transfiera en mayor medida a sectores domésticos. Sin embargo, el banco central sostiene que «una recesión en el sentido de una disminución clara, amplia y sostenida en la gestión económica con capacidad infrautilizada aún no ha sido evidente».

Los pronósticos del Bundesbank se suman a una serie de instituciones que anticipan que Alemania entró en recesión en el tercer trimestre del año, incluyendo el prestigioso Instituto de Investigación Económica de Múnich (Ifo), que estima una contracción del 0,1% entre julio y septiembre. A su vez, el Instituto de la Economía Mundial de Kiel (IfW) prevé que la contracción del PIB alemán en el tercer trimestre será del 0,3%, tras la caída del 0,1% en el segundo trimestre, mientras que el Instituto de Investigación Económica de Alemania (DIW) contempla una contracción de la actividad del 0,2% entre julio y septiembre.

El Gobierno de Merkel ha recortado las perspectivas de crecimiento económico de Alemania para el 2020, rebajando la expansión del PIB de un 1,5% a un modesto 1%. La perspectiva sigue siendo crecer el 0,5% en el 2019, por lo que el dato del Bundesbank toma relevancia. «Las perspectivas se han venido abajo, pero no hay amenaza de crisis económica», dijo el ministro de Economía, Peter Altmaier, la semana pasada. En su opinión, la causa de esta ralentización de la economía hay que buscarla en el brexit y las tensiones comerciales internacionales.