CaixaBank va a centrar todos sus esfuerzos en los próximos meses en cerrar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre el banco portugués BPI, operación en la que desembolsará hasta 900 millones de euros en caso de que todo el capital al que afecta la oferta (el 54,5% que no controla CaixaBank) acuda a la misma. La entidad ha descartado que vaya a necesitar realizar una ampliación de capital para financiar la operación tras vender el pasado septiembre un 9,9% de su capital procedente de autocartera, por lo que ingresó 1.322 millones de euros.

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado que "BPI supondrá un esfuerzo muy importante en los próximos 12-24 meses", por lo que ha descartado que la entidad financiera participada por La Caixa vaya a ser activa en comprar bancos en España. "Las fusiones bancarias se producirán por motivos económicos y no políticos. El entorno del sector es de fuerte competencia y de presión en los márgenes. Tenemos unas condiciones para que en los próximos dos o tres años se pueda producir un proceso de fusiones. Nosotros no lo tenemos en el plan estrátegico, pero aunque no voy a cerrar la puerta, claramente no está en el plan participar en operaciones corporativas", ha afirmado Gortázar en la presentación de los resultados del tercer trimestre.

CaixaBank sufrió como el resto de bancos el impacto de los bajos tipos de interés y de la todavía escasa demanda de crédito en un entorno de elevada liquidez en el tercer trimestre del año. El banco obtuvo un beneficio de 970 millones en los nueve primeros meses del año, el 2,6% menos con respecto al mismo periodo del año anterior, que incluía extraordinarios por la integración de Barclays Bank. Este beneficio es más de lo que esperaban los analistas.

El margen de intereses, que refleja la evolución del negocio puramente bancario de prestar dinero y captar depósitos fue de 3.080 millones (-6,9%), con un margen bruto de 5.939 millones (-6,6%). El margen de explotación mejoró el 2,7% y alcanzó los 2.821 millones. Pese a la mejora de la economía española, la evolución de la concesión de crédito nuevo es caso inexistente. El crédito a la clientela neto cayó un 1,4% en el tercer trimestre, frente al trimestre anterior. Los créditos a particulares se redujeron un 1,7% y los destinados a empresas, un 0,2%. Con todo, el crédito sano avanzó un 1,3%.

El ratio de solvencia CET1 se situó en el 12,6%, con 98 puntos básicos más tras la colocación privada de acciones propias con el objetivo de reforzar la solvencia en el marco de la OPA sobre BPI, y la morosidad se redujo ocho décimas en el último año hasta el 7,1%.