CaixaBank ha ganado en el primer trimestre del año 273 millones de euros, un 27,2% menos respecto al mismo periodo del año anterior. La entidad financiera ha explicado la caída de los resultados por el efecto de la incorporación del negocio de Barclays en el 2015, lo que hace que los dos periodos no sean totalmente comparables. En el menor resultado ha influido los bajos tipos de interés, la menor aportación de dividendo de sus participadas, que se ha reducido un 25,6%, y el impacto de la retirada de la supresión de las cláusulas suelo.

De hecho, el banco cotizado controlado por La Caixa ha sufrido este trimestre especialmente el impacto de la retirada de las cláusulas suelo, por lo que han realizado provisiones de 515 millones de euros, y por el entorno de bajos tipos de interés. Así, el margen de intereses de CaixaBank, que refleja la marcha del negocio puramente financiero de dar préstamos y remunerar depósitos, ha experimentado una caída del 10,4%, hasta los 1.020 millones de euros.

Las comisiones netas del banco, que han sido una palanca de mejora de los resultados en los últimos meses, han caído también durante este trimestre por una ralentización del negocio relacionado con la venta de productos fuera de balance, fondos de inversión y seguros. La cuenta de resultados se ha compensado con un recorte del 3,1% de los gastos de explotación por la reducción de plantilla realizada el año pasado y al no tener que contabilizar costes de reestructuración de personal durante este trimestre.

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha explicado que el entorno de los tipos de interés bajos se va a mantener en los próximos meses, lo que obligará a mantener la senda de contención de gastos y aumento de ingresos, aunque no ha querido precisar si se van a llevar a cabo más reestructuraciones de plantilla. El banco tiene en marcha un plan de prejubilaciones que afectará alrededor de 370 personas con un ahorro anual de 40 millones de euros.

CaixaBank está en plena OPA para controlar el banco BPI en Portugal, una operación que está sujeta a que se eliminen los límites de voto del banco que no permiten a el banco que preside Fainé ejercer el control a pesar de ostentar el 44% del capital. Por el momento, Gonzalo Gortázar no ha querido concretar si se va a realizar una ampliación de capital, aunque ha asegurado que el objetivo del banco es mantener ratios de solvencia elevados cercanos al 12%. Respecto a la guerra con la millonaria angoleña Isabel dos Santos y la pugna por deshacerse de la participación del banco angoleño BFA, Gortázar se ha mostrado esperanzado en llegar a un acuerdo en el seno de la junta general de BPI gracias al cambio legislativo hecho a medida de CaixaBank por parte del Gobierno de Portugal.