El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, considera que los efectos económicos de la crisis sanitaria pueden ser peor de lo esperado. Así lo dijo ayer en la junta ordinaria de accionistas de la entidad financiera, que realizó de forma telemática por las propias condiciones impuestas por el virus.

En el mensaje lanzado a los socios, Gual precisó que cuantificar la caída del producto interior bruto (PIB) español es difícil, entre otra razones porque hay incertidumbre sobre a qué ritmo se superará el impacto sanitario. «Pero vemos descensos de la actividad peores que en los años de la Gran Recesión. Puede haber una caída de la actividad de dos dígitos y una recuperación más lenta de lo que desearíamos», comentó el presidente de CaixaBank.

La evolución económica «dependerá de la capacidad para evitar rebrotes de los contagios y la aparición de vacunas. Pero también cabe destacar la efectividad de las medidas políticas y económicas desplegadas», comentó Gual, que destacó que, a pesar de los efectos económicos de la pandemia, se han tomado medidas decisivas desde diferentes ámbitos para contrarrestar la caída de la actividad. «Pondremos nuestra parte para cubrir las necesidades de financiación de los clientes y ayudando a los clientes», dijo.

El consejero delegado de la entidad bancaria, Gonzalo Gortázar, recordó que, de las medidas de apoyo aprobadas por el Gobierno, CaixaBank ha atendido 143.000 solicitudes de créditos avalados por el ICO y concedido 12.000 millones; ha paralizado el pago del alquiler en 4.300 casos y ha gestionado los correspondientes a las prestaciones por desempleo y ERTE en 3,2 millones de casos.

«Las medidas adoptadas van en la dirección correcta», señaló Gual, aunque ve imprescindible un esfuerzo fiscal europeo. «Hace falta mecanismos de compartición del gasto», subrayó el consejero delegado.