Canadá sentará a Volkswagen en el banquillo de los acusados por el dieselgate. Cuatro años después de que las autoridades estadounidenses destapasen el fraude perpetrado por el gigante automovilístico alemán, el gobierno federal canadiense se ha decidido a denunciarlo con hasta 58 cargos por haber violado su ley de protección medioambiental.

El ejecutivo encabezado por Justin Trudeau también ha presentado otros dos cargos contra VW por haber presentado información confusa y engañosa a las autoridades. Entre el 2008 y el 2015, el fabricante importó a Canadá hasta 128.000 vehículos diésel con un software de manipulación que les permitía esquivar los controles medioambientales y emitir gases de efecto invernadero por encima de los niveles permitidos.

Criticado por su demora, el ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático, Jonathan Wilkinson, ha optado ahora por demandar a VW al considerar que durante ese período la automotriz importó ilegalmente a Canadá vehículos a sabiendas de que violaban sus leyes nacionales. El gobierno de Ottawa ha estado cuatro años investigando las malas praxis de VW en su país.

CRECE EL ESCÁNDALO

Este viernes VW comparecerá por primera vez ante el Tribunal de Justicia de Ontario, en una sesión que tendrá lugar en Toronto. La compañía ya ha asegurado que cooperará con la investigación y que ya ha preparado un plan de acuerdo para resolver la demanda. En la audiencia, las partes someterán a la consideración del tribunal una propuesta de resolución de declaración de culpabilidad y solicitarán su aprobación, reza el comunicado.

Con su demanda, Canadá se suma a la larga lista de países que han denunciado a VW por un fraude mundial que ha golpeado la imagen de la poderosa marca. En 2015, sus responsables reconocieron la modificación de hasta 11 millones de vehículos. Desde entonces, el dieselgate les ha supuesto multas de más de 30.000 millones de euros, la mayoría de ellas en Estados Unidos.