Esta semana se celebró en el aula magna de la Casina Pío IV, un bellísimo edificio renacentista enclavado en los jardines vaticanos un seminario titulado 'Nuevas Formas de Solidaridad'. Una especie de Davos alternativo en el que acudieron figuras de grueso calibre de la Economía occidental: la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, economistas de prestigio como Jeffrey Sachs y el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, representantes de diversos organismos internacionales, y los ministros de Economía de varios países. Sin la presencia de Asía y África, todos fueron invitados a disertar sobre un incriminado: el capitalismo.

Lo aclaró de inmediato Stiglitz. «El capitalismo está en crisis» y «los 'Chicago Boys' están en retirada», zanjó el economista estadounidense, en referencia a esta corriente de teorías económicas ultraliberales que dominó en las últimas décadas del siglo pasado. Todo fue un dominó de ponencias sobre cómo apostar por un modelo integrador y sostenible, que corrija los problemas creados en las últimas décadas como las crecientes desigualdades, las asimetrías tecnológicas y el cambio climático, temas que el Papa considera prioritarios. El encuentro ya se había celebrado en el pasado, pero nunca sin esta sintonía, lo que el Vaticano interpretó como un éxito.

La jefa del FMI lo admitió. El sistema económico mundial «está poniendo en peligro el futuro de nuestros hijos», dijo. Más tajante fue el Papa. «Las 50 personas más ricas del mundo podrían financiar la atención médica y la educación de cada niño pobre en el mundo y (…) salvar millones de vidas», empezó diciendo el líder máximo de la Iglesia católica, en medio de los clics de los fotógrafos.

La crisis argentina

Muchos se dijeron convencidos de que el desenlace de la crisis argentina será otro indicador para saber hacia dónde va el sistema económico. Argentina nos da la oportunidad de «demostrar que existe un enfoque alternativo al que ha fallado repetidamente en el pasado», añadió al respecto Stiglitz. «El sistema está fallando y el caso de Argentina ejemplifica bien muchas de las disfunciones», coincidió la mexicana Alicia Bárcena, secretaria de la comisión de Naciones Unidas para el desarrollo económico de América Latina (CEPAL).

Martín Guzmán, el joven ministro de Economía de Argentina avaló esta lectura. «Estas discusiones son fundamentales para cambiar un conjunto de reglas de la globalización que no han logrado poner a los mercados al servicio de las sociedades», afirmó. El tema es que «el capitalismo ya no significa progreso para las personas de la calle. Necesitamos una revolución», dijo Bruno Le Maire, el ministro francés de Economía, quien elogió a la encíclica 'Laudato Sí de Francisco' y tiró sus peores dardos a Facebook y su proyecto de criptomoneda Libra. «Ha llegado el momento de actuar», dijo asimismo la ministra española Nadia Calviño, en un discurso enfocado a las políticas ecológicas del gobierno de Pedro Sánchez.

Alguno sí expresó dudas sobre cómo pasar de la teoría a la práctica. «Cambiar no es fácil», advirtió Arturo Herrera, el ministro de Hacienda de México. «El problema es que Trump es un sociopático», soltó entonces Sachs, desatando una carcajada en algunos y sonrisas incómodas en otros. En voz casi imperceptible, también Georgieva murmulló a ratos. La cuestión es que «no solo (hay que cambiar) Estados Unidos...».