La nueva ronda de fusiones bancarias en marcha va a provocar que la plantilla del sector se reduzca desde los 176.838 empleados con que cerró el año pasado hasta por debajo de los 150.000, lo que supondrá el noveno mínimo histórico consecutivo desde que el Banco de España comenzó a medirlo en 1981. Así lo ha estimado este jueves CCOO, que ha denunciado el "riesgo cierto" de que se produzca un oligopolio en el sistema, así como de que ciertas capas de la población queden excluidas de los servicios financieros y se produzcan problemas en el flujo de crédito.

"La dimensión del sector financiero tiene un componente de responsabilidad social por las posibilidades de financiación de las economías familiares y las empresas en un país que es eminentemente de pymes. Eso va a marcar la inclusión financiera de la población. Tiene que haber un debate serio, desideologizado, absolutamente pragmático acerca del papel del Estado en las finanzas: la participación en la nueva CaixaBank debería ser estable", ha defendido José María Martínez, secretario general de la división de servicios del sindicato.

La organización ha echado mano de los datos del Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España para defender sus argumentos. Entre el 2008 y la 2019, ha destacado, la banca redujo su plantilla en España un 37%, el cuarto mayor recorte de la eurozona y frente al 18,9% medio de los países del euro. En términos absolutos, España recortó prácticamente uno de cada cuatro empleos bancarios que se redujeron en el área en dicho periodo (103.050 puestos de trabajo sobre 432.546), al mismo nivel que Alemania con en torno a la mitad de la población.

Concentración

Su informe también destaca que la reducción del número de entidades significativas de 88 a 12 ha provocado que el porcentaje de activos en manos de los cinco mayores bancos haya pasado del 44,6% en el 2007 al 67,4% en el 2019. Con las fusiones en marcha, sostiene el sindicato, superará el 75% y podría ser aún mayor si, como se espera, se anuncian nuevas integraciones. Paralelamente, la capacidad de los empleados para atender a los clientes se ha reducido: el número de habitantes por trabajador bancario se ha disparado un 61%, desde los 167 a los 270, muy por encima de la media de la zona euro (184). "Superaremos los 300 sin duda", ha advertido Martínez.

"Allá donde haya plantilla, donde haya personas trabajando en el sector financiero, conoceremos las circunstancias de los clientes y pelearemos porque sus operaciones salgan adelante, porque es una pelea contra los algoritmos y los índices que recomiendan o no la concesión del crédito", ha asegurado el líder sindical antes de afirmar que "de este proceso de concentración, lo único positivo es que se está actuando diferente que en el 2008, en que se tardó cuatro años en actuar. Pero va tener un impacto en el empleo y en las posibilidades de que el crédito y la inclusión financiera fluyan".