Cepsa perdió 556 millones de euros en el primer trimestre del año, frente a los 151 millones que ganó en el mismo periodo del 2019. Los números rojos se deben a que el hundimiento de los precios del petróleo le han llevado a realizar una provisión extraordinaria de 350 millones por la devaluación de sus inventarios de crudo y productos petrolíferos y ha apuntarse un deterioro del valor de sus activos de exploración y producción de 188 millones de euros.

La segunda petrolera española ha anunciado un ERTE en su red de 479 gasolineras, que cuenta con unos 2.500 empleados. Durará desde el 29 de abril al 31 de octubre y será rotatorio, con lo que habrá unos 1.200 afectados en cada periodo, que cobrarán todo su sueldo fijo pero verán la parte variable reducida al mínimo. Además, la compañía recortará un 20% sus inversiones y retrasará el pago del dividendo hasta que haya "mejor visibilidad" sobre el impacto de la crisis sanitaria del coronavirus.

Sin los efectos extraordinarios, el negocio habría obtenido 85 millones de beneficio, con una caída del 31% respecto a los 124 millones del primer trimestre del año pasado. El resultado bruto de explotación ajustado se situó en 453 millones de euros, un 3% inferior por la caída de los precios (un 20% inferiores a los de enero y marzo del 2019, de 63,2 dólares por barril a 50,3) y la demanda. Su consejero delegado, Philippe Boisseau, ha afirmado que estas cifras "muestran, sin duda, la realidad del mercado de cara a los próximos meses".

"Estamos experimentando una doble crisis, la de suministro de petróleo, que ha hundido los precios, y una segunda del covid-19, que ha causado una muy importante caída en la demanda al final del trimestre", ha expuesto. "Hemos activado diferentes medidas para mantener la solidez de la compañía en este nuevo escenario. Nuestro modelo de negocio integrado, operando en toda la cadena de valor del petróleo, y el equipo de profesionales que tenemos, nos ofrecen una gran capacidad de adaptación ante entorno tan desafiante", ha añadido.