La futura CaixaBankia, producto de la fusión entre CaixaBank y Bankia será el banco más grande de España. Su unión dará origen a un grupo con activos por valor de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 de la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 de CaixaBank y unos 16.000 de Bankia).

El Estado aportó a Bankia unas ayudas cuantificadas en unos 24.000 millones de euros en la crisis del 2008, de los que se estima se han recuperado solo unos 3.000 millones a través de dos procesos de venta parcial y vía dividendos.

Tanto Bankia como CaixaBank tienen la sede social en Valencia, aunque siempre se ha considerado a CaixaBank y al grupo La Caixa una entidad catalana, mientras que a Bankia se la asocia claramente a Madrid.

El Gobierno español, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), también apoya la operación. Lo mismo que el Banco Central Europeo, como ya sugirió el vicepresidente de la entidad, Luis de Guindos.

Desde un punto de vista bancario ambas entidades tienen sinergias claras, especialmente desde un punto de vista geográfico. Las zonas más beneficiadas por la fusión serían Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Canarias. Sin embargo, existen duplicidades mayores en Catalunya. El cierre de oficinas ya iniciado en los últimos años se verá acelerado con la operación. En el sector se descartaban ertes a corto plazo hasta la semana pasada, pero la operación podría replantear esta posibilidad, con lo que la entidad eludiría asumir el coste total de la reestructuración futura, como ha sido habitual en los últimos años en el sector financiero.

Bankia anotó un mínimo histórico en mayo de 0,7190 euros por título. Por su parte, CaixaBank tuvo el mínimo anual en 1,50 euros por título. La ecuación de canje es todavía una incógnita, pero los accionistas se van a ver muy beneficiados.