Representantes de Gobierno, patronal y sindicatos comienzan a partir de hoy mismo los trabajos para negociar la contrarreforma laboral. Según confirmó ayer la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, UGT y CCOO, CEOE y Cepyme han sido citados en el Ministerio. «Vamos a empezar por lo más urgente», dijo Díaz, y señaló los aspectos que tiene que ver con la negociación colectiva y la subcontratación. Lo primero será fijar los calendarios y el método .

De este modo, los trabajos para «mejorar» (según la patronal), «desmontar» (según los sindicatos) o «derogar los aspectos más lesivos» (según el Gobierno) de la reforma laboral del 2012 heredada del Partido Popular comenzarán solo un día después del acto solemne celebrado en La Moncloa para firmar el acuerdo que permitirá subir el salario mínimo interprofesional (SMI) a 950 euros.

Ante la presencia de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, el vicepresidente social, Pablo Iglesias, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz -por parte del Gobierno- y de los líderes de CEOE, Antonio Garamendi; de Cepyme, Gerardo Cuerva; de CCOO, Unai Sordo;, y de UGT, Pepe Álvarez, Sánchez estampó su firma en el acuerdo que da el disparo de salida de un amplio proceso de dialogo social.

EL 52.D, EN ESPERA / El acuerdo para la subida del SMI será ratificado por el Consejo de Ministros en su próxima reunión, el martes 4 de febrero. No será así la derogación pendiente del artículo 52.d del Estatuto de los Trabajadores, que permite el despido objetivo por bajas médicas justificadas. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reiteró que esta es una cuestión de máxima urgencia para el Ejecutivo y que «tiene toda la maquinaria trabajada» para su derogación.

Sin embargo, admitió que, aunque todo retraso puede dar cabida a nuevos despidos por esta causa, la derogación del 52.d aún no puede ser aprobada por el Consejo de Ministros del 4 de febrero, pues «falta algún tipo de informe de carácter administrativo», que no precisó.

La firma del acuerdo del SMI da paso a un proceso de diálogo social del que todas las partes esperan frutos. «El diálogo social será nuestro modus operandi, nuestra estrategia», concretó la ministra de Trabajo.

Tras la apertura, hoy, de la mesa para modificar la reforma laboral, se procederá en febrero a la apertura de otras que se centrarán en la formación profesional, la industria o las transiciones energética y digital.

Para más adelante quedan cuestiones como la revisión de las causas del despido, mientras se avanza en los trabajos preparatorios para abordar, tras el verano, el diálogo para un nuevo «Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI», como lo ha bautizado el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

«Nosotros vamos a trabajar con ganas de aportar, con independencia, con lealtad y con sentido de Estado. Vamos a decir lo que creamos que sea bueno para nuestro país, aunque no sea coincidente con lo que piensen otros», dijo Garamendi. «Espero que el trabajo del diálogo social sea para la creación de empleo y no para su destrucción», apostilló Cuerva, temeroso de posibles perjuicios por la subida del salario mínimo. «Hemos adquirido el compromiso de abordar un diálogo social de perímetro amplio», dijo Sordo.

Álvarez también subrayó la importancia de que la negociación se amplíe a cuestiones como el modelo industrial o la transición energética.

Para un momento posterior se deja poner encima de la mesa un nuevo acuerdo marco nacional de negociación colectiva (ANC), tras el vencimiento del actual a finales de este año. Garamendi lanzó un aviso: «El ANC tiene sentido si somos capaces de trabajar en silencio y con discreción, como ha pasado hasta ahora. Si se hace una reforma laboral excesiva, no sé qué más vamos a ceder en el ANC. Y si el año que viene hay otra subida del SMI, va a ser difícil hablar mucho más».

Ninguna de las otras partes quiso entrar al trapo. «Ya tendremos tiempo de discutirlo y hablarlo. Es lógico que se tenga en cuenta el marco general», afirmó Álvarez. «No estoy por avivar polémicas antes de tiempo. El ANC es mucho más que salario», añadió Sordo. Y la ministra Díaz: «Vamos a dejar que las mesas transiten. Soy una mujer de consensos. Vamos a ir a las mesas con las mentes abiertas para buscar la mejor solución».