Bruselas calca sus previsiones económicas a las que maneja el Gobierno español, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Según la fotografía presentada este jueves por la Comisión Europea, el Producto Interior Bruto crecerá un 1,6% en el 2020 y un 1,5% en 2021, tras cerrar el año pasado con un crecimiento ligeramente mayor del pronosticado y alcanzar el 2%.

Según el diagnóstico realizado por los técnicos comunitarios en sus previsiones interinas de invierno -solo incluyen datos de crecimiento e inflación-, la desaceleración de la economía española durante la segunda mitad del 2019 fue más leve de lo previsto gracias a la pequeña recuperación que registró el consumo privado que permitió impulsar el crecimiento del PIB un 0,4% durante el tercer trimestre y un 0,5% durante el cuarto, una y dos décimas por encima de lo proyectado en las previsiones económicas de otoño.

Como consecuencia de esta evolución, Bruselas ha decidido revisar al alza el crecimiento del año pasado en una décima hasta el 2%. El Ejecutivo comunitario apunta a que la composición del crecimiento fue muy volátil y que la demanda interna se debilitó en comparación al año anterior, pero la contribución de las exportaciones netas al crecimiento fue positiva y de cara al futuro augura una demanda interna más resistente y, por tanto, una perspectiva ligeramente más positiva de los previsto.

REVISIÓN AL ALZA

De ahí que Bruselas augure ahora una estabilización del crecimiento con una tasa trimestral aproximada del 0,4%. Como consecuencia, la previsión de crecimiento anual del PIB para 2020 y 2021 también se revisa en comparación con el otoño en una décima, hasta el 1,6% y 1,5%, explica la Comisión Europea en su análisis que apunta a que el consumo privado se verá sostenido por el aumento en los ingresos disponibles y un aumento más moderado en la tasa de ahorro de los hogares.

El nuevo análisis comunitario también apunta a una recuperación de la inversión, en línea con la demanda final. Además, la contribución de las exportaciones netas al crecimiento debería disminuir en 2020 y volverse ampliamente neutral en 2021 porque el crecimiento de las exportaciones seguirá siendo moderado pero las importaciones se acelerarán. En cuanto a la evolución de la inflación, España cerró 2019 con un índice del 0,8%, una décima menos de lo proyectado en noviembre pasado, aunque se espera un repunte este año, hasta el 1,2%, y mucho más marginal en 2021, al 1,3%, ya que el impacto de la evolución del precio del petróleo se compensa con un aumento gradual de la inflación subyacente.

ESTABILIDAD DE LA EUROZONA

En cuanto a la situación en la Eurozona, las previsiones auguran un crecimiento estable en 2020 y 2021, con un repunte del 1,2%. En el caso de la UE, el crecimiento durante el horizonte del pronóstico será del 1,4%, una décima menos de lo proyectado hace tres meses. Las perspectivas para la economía europea son de un crecimiento estable aunque moderado en los dos próximos años lo que prolongará el período más largo de expansión desde el lanzamiento del euro en 1999, ha valorado el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, que ve desarrollos alentadores en relación a las tensiones comerciales y a evitar un brexit sin acuerdo.

Aún así, la Comisión Europea reconoce que hay incertidumbre política significativa, que arrojas dudas sobre el sector manufacturero, e incertidumbre también sobre el coronavirus. Es demasiado pronto para evaluar el alcance de su impacto económico negativo, sostiene el socialista italiano. En su análisis, no obstante, el Ejecutivo comunitario admite que el brote es motivo de una creciente preocupación. "Ha estimulado la incertidumbre sobre las perspectivas a corto plazo de la economía china. La duración del brote y las medidas de contención promulgadas son un riesgo clave a la baja" pero "cuanto más dure, mayor será la probabilidad de efectos negativos sobre el sentimiento económico y las condiciones financieras globales", señala la Comisión