La inversión como concepto es parte fundamental de la vida de cualquier persona. Todos ganamos dinero con nuestro trabajo, ahorramos una parte de él y lo invertimos en aquello que consideramos que va a sernos rentable. Eso sí, no siempre tiene que tratarse de una rentabilidad específicamente en términos económicos: podemos estar hablando de pura satisfacción personal. Pero, en la mayoría de los casos, sí que buscamos que ese dinero invertido genere valor de algún modo.

Cómo invertir es la gran pregunta que se hacen muchos de quienes quieren empezar a ver crecer sus ahorros de manera exponencial. Ya sea para convertirse en un magnate de las finanzas o, de un modo más realista, para conseguir un extra que permita disfrutar de unas vacaciones más jugosas, la inversión siempre debe ir acompañada de conocimiento previo y saber hacer. Conocer qué destino dar a nuestros ahorros es el primer paso para asegurarse un futuro económico solvente.

¿Qué tipo de inversión puedo realizar?

Son varias las opciones que existen para una persona que quiera empezar a invertir parte de sus ahorros, pero la más conocida es, sin duda, la Bolsa. Aunque pueda ser terreno inexplorado para más de uno, la inversión en bolsa no tiene por qué ir precedida del título de broker. De hecho, hoy en día Internet proporciona toda la información necesaria para lanzarse a este mundo. No está exenta de riesgos —ninguna lo está—, pero se trata de la inversión más rentable que hay según un estudio realizado por la BME (Bolsas y Mercados Españoles) para el que se analizaron las inversiones realizadas en España entre 1980 y 2010.

Esa rentabilidad viene asegurada por varias de las características de este tipo de inversión. Veámoslas.

— La diversificación de activos. Es posible invertir pequeñas cantidades en muchas empresas.

— La diversificación temporal. Pueden comprarse activos según la situación económica particular de cada momento.

— La liquidez. Existe la posibilidad de vender los activos inmediatamente si se necesita dinero líquido.

— La transparencia. La cotización y los dividendos de cualquier empresa es información pública.

— La seguridad en el cobro de los dividendos. Puesto que se trata de una transacción automática.

Otras inversiones interesantes

Además de la Bolsa, existen otras opciones para el inversor primerizo. Una de ellas bastante popular es la inversión en inmuebles. Desde siempre ha sido una forma de obtener dinero bastante segura y rentable a largo plazo, aunque está influenciada por la situación del mercado inmobiliario y la liberalización del suelo.

La renta fija es otro de los destinos que un inversor puede dar a su dinero. Se trata de una opción factible a corto plazo, pero no se trata de una rentabilidad real, y a largo plazo no resulta beneficiosa.

Junto a esta última, la inversión en obras de arte es una de las opciones menos recomendadas. Se trata de un terreno en el que solo los expertos deberían entrar. Las modas fluctuantes y las falsificaciones dentro de este mundo convierten este tipo de inversión en un destino poco seguro.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que las diferentes opciones de inversión son compatibles entre ellas, y no excluyentes en ningún caso. A la hora de plantearnos cómo invertir, una de nuestras máximas debería ser siempre la diversificación.

¿Por dónde empezar a invertir?

Una vez que el inversor primerizo conoce todas las opciones que tiene en su mano, toca dar los primeros pasos. Lo principal es conocer qué patrimonio se posee y qué porcentaje se va a destinar a la inversión. Ahí entra en juego el nivel de riesgo que quiera asumir el inversor: a mayor conocimiento, mayor riesgo. Contar con un asesor siempre será una buena elección para partir sobre seguro.

En el caso de la Bolsa, habrá que elegir entre invertir en fondos de inversión —intermediarios entre el inversor y el mercado de valores— o realizar una inversión directa. La segunda opción es más interesante, en la medida que el inversor participa de forma más directa en todas las decisiones, pero en cualquier caso son compatibles.

Una vez que se ha decidido qué cantidad invertir, es fundamental contar con una estrategia. Como ya mencionamos, y en el caso de la Bolsa, la diversificación es clave. Aunque, claro está, en el caso de los bienes inmuebles las cantidades son mucho más elevadas, y acotan el número de propiedades que es posible adquirir. Habrá que elegir con mucho más cuidado, y siempre con un análisis previo de la situación.

El seguimiento de los resultados de las empresas cada trimestre es determinante para conocer el estado de las inversiones. En ese sentido, la rentabilidad por dividendo y las perspectivas de futuro marcarán la tendencia que tendrá que seguir el inversor.

Todo este proceso irá acompañado de una curva de aprendizaje, por supuesto. Y es que, si bien disponer de la figura de un asesor es un punto positivo, no es imprescindible: toda la información necesaria respecto a cómo invertir está al alcance de la mano de cualquier lector ávido de conocimiento.