El número de compraventas de vivienda contabilizadas por los registradores de la propiedad detuvo su crecimiento en el 2019 al disminuir el 2,5% con respecto al 2018. En concreto, se registraron 503.875 compraventas. La vivienda usada, con 413.185 transacciones, descendió el 3,1%, y la vivienda nueva, con 90.690 operaciones, experimentó una ligera subida del 0,6%.

Se trata de la primera vez en los últimos cinco años que se produce una caída anual de operaciones, una bajada que está bastante relacionada con el desarrollo de la ley hipotecaria que implicó que se paralizaran compraventas durante una parte del año a la espera de que se despejara el embrollo legal causado por diferentes sentencias del Tribunal Supremo. Además, en el 2019, se dejó notar cierta ralentización económica, pero aún no había estallado la crisis originada por el coronavirus, con lo que es previsible que la caída vuelva a repetirse en el 2020 habida cuenta de que desde algunos sectores inmobiliarios se espera una reducción de las compraventas de entre el 20% y el 25% este año por el cese de la actividad decretado para atajar la emergencia sanitaria.

Según el Anuario Registral del 2019, el ciclo económico ha tomado una tendencia distinta a la registrada en los últimos años, «ha pasado de una mejora de los crecimientos económicos a una ralentización de estos», detallan.

La vivienda nueva -más escasa que la de segunda mano- registró un incremento anual del 0,61%, el más elevado de los últimos cinco años y mantiene la tendencia creciente, «pero la debilidad del crecimiento plantea dudas sobre la continuidad».

En cuanto a la vivienda usada, hubo 13.357 operaciones menos que en el ejercicio 2018, con una disminución interanual del 3,13%, que interrumpe bruscamente la serie de crecimientos de dos dígitos de los últimos años. Pese a todo, la cifra del 2019 es, exceptuando el 2018, la más elevada de los últimos 12 años.