La recuperación no es igual para todos. Las remuneraciones de los consejeros de las empresas españolas cotizadas registraron una evolución «estable o a la baja» hasta el 2013. Pero con la vuelta del crecimiento, sus sueldos se dispararon. Entre aquel año y el 2017, su retribución media escaló un 29%, según publicó ayer la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En el mismo periodo, el sueldo medio de los trabajadores apenas aumentó un 4%, 7,25 veces menos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El alza salarial de los consejeros se debe, sobre todo, a que los ejecutivos ganan un 43% más que hace cinco años, lo que se explica «en gran medida» por el aumento de la parte variable de su retribución «en consonancia con la evolución positiva de los resultados de las sociedades cotizadas (incremento del resultado de explotación del 58% en el periodo)». Es decir, el aumento de los beneficios se está dejando sentir con fuerza en los sueldos de los directivos, pero no así de los trabajadores por la política general de moderación salarial para salir de la crisis.

La retribución media de un consejero se situó en 369.000 euros al año en el 2017, un 6% más, si bien hubiera caído el 1,1% si se descontase el plan de incentivos plurianuales de Acciona y Cie. De media, los consejos costaron a sus compañías 3,7 millones, el 15,9% más. El sueldo de los ejecutivos creció el 12,3% en el Ibex 35 (hasta los 3,11 millones) y el 20% en el resto de firmas cotizadas (868.000 euros). Para los no ejecutivos aumentaron un 4% (210.000 euros) y un 14,9% (85.000 euros), respectivamente.

La mejora de los resultados empresariales ha provocado que el peso de la retribución variable de los consejeros haya aumentado del 37% al 43%. La fija, en consonancia, ha caído del 52% al 46%, mientras que las dietas (4%) y el resto de conceptos como las indemnizaciones (7%) permanecen más o menos estables. El problema, como demostró la crisis, es que una retribución variable elevada puede incentivar a asumir riesgos excesivos. En este sentido, resulta llamativo que solo el 50% de las empresas tenga en cuenta criterios cualitativos en el pago de dicha parte del salario. Otro de las consecuencias de la crisis es la mayor exigencia de los accionistas, especialmente los grandes inversores profesionales, en cuanto a los sueldos de las cúpulas.