La ralentización del ritmo del crecimiento económico en Europa en los próximos años se verá trasladada al sector de la construcción, que para el periodo del 2019 a 2021 espera una reducción del ritmo de avance que ha registrado en los últimos años, según pone de manifiesto el informe de Eurconstruct, que dio a conocer ayer el Itec, el representante español en ese organismo.

El informe pone de manifiesto que Europa contempla con cierta preocupación como las previsiones económicas para los próximos años se están revisando cada vez más a la baja. Este enfriamiento de la economía llega en un momento en el que el mercado europeo de la construcción tiene buena salud, con el indicador de confianza a la altura del 2007 e incluso con cifras de producción por encima de las de antes de la crisis en nueve de los 19 países que aportan datos a Euroconstruct. Con todo, el crecimiento se mantendrá en el 2018 (2,8%) y el 2019 (2,0%), pero a medio plazo se observan una caída más aguda: en 2020 (1,6%) y 2021 (1,3%), un crecimiento a ritmos inferiores a los de la economía y con relevos internos en los mercados que tiran del sector.

El principal factor que incidirá en esa ralentización será la vivienda. «Tocará techo en su expansión en Europa, aunque esperamos que no sea traumático», ha comentado el director general del Itec, Francisco Diéguez, que apunta al mercado residencial como el principal causante de la ralentización.

Si en los últimos cuatro años ha sido el mercado que más ha aportado al crecimiento, en los tres siguientes será el que menos contribuya. El final del crédito barato es un factor relevante, pero por sí solo no explica este cambio tan brusco. «La raíz del problema es que Europa ha estado iniciando vivienda a unos ritmos muy sustanciales en los últimos años y ahora se encuentra con el reto de absorber los más de 5,5 millones de viviendas que se prevé acabar durante el periodo 2019-2021», explicó Josep Ramon Fontana, jefe del departamento de mercados del Itec.

En España, la construcción no será inmune al enfriamiento económico, pero aún mantendrá la inercia de haberse incorporado al ciclo de crecimiento más tarde. El crecimiento a corto plazo parece no estar amenazado y se esperan avances de producción del 5,7% en 2018.