La pandemia del covid-19 pasa factura a las economías europeas. Y en especial a las dos principales locomotoras de la UE: Alemania, la primera; y Francia, la segunda. El Banco de Francia anunció ayer que, según sus cálculos, la economía gala ha perdido dos tercios de su capacidad productiva debido a la parálisis de la actividad derivada de la crisis sanitaria y que el PIB se ha desplomado un 6% en el primer trimestre del año. Si se tiene en cuenta que el crecimiento durante el último trimestre del 2019 fue negativo (-0,1%), Francia entra técnicamente en recesión.

Según el organismo, hay que remontarse al segundo trimestre de 1968, marcado por las protestas del llamado mayo del 68, para encontrar una bajada trimestral similar, aunque por proporción hay que buscar hasta la segunda guerra mundial.

Solo se mantiene activo un 32% del tejido productivo, un dato peor que el registrado durante la crisis financiera del 2008, mientras que el consumo de los hogares ha caído un 30%. Dos semanas de confinamiento -que se calcula que conlleva una disminución del PIB anual del 1,5%- han terminado con casi cinco años de crecimiento.

El informe del Banco de Francia confirma que la mayoría de los sectores económicos se han visto dañados pero los que más acusan el golpe son la construcción, el comercio, el transporte, los hoteles y la restauración. Mientras que la actividad en el sector del automóvil ha caído al 41%, el farmacéutico y el agroalimentario, con un 79% y 71%, son los que mejor están aguantando la crisis.

En estas condiciones el mercado laboral también se resiente. Las cifras del Ministerio de Trabajo indican que casi 600.000 empresas han presentado una solicitud de actividad parcial, el equivalente francés de los ERTE, y que el número de peticiones se ha duplicado en la primera semana de abril, afectando a 6,3 millones de trabajadores. Las pymes de menos de 50 personas, donde los paros técnicos llegan al 59%, son las más impactadas.

ALERTA DE CRISIS / En Alemania, la primera economía de la UE las noticias tampoco son muy buenas. Según un estudio de cinco grandes institutos económicos alemanes presentado ayer, la economía germana y la de la eurozona sufrirán un batacazo en el 2020 para comenzar a recuperarse a partir de mediados de este año y a repuntar a inicios del siguiente.

El informe -que sirve de base al gobierno federal para sus propias proyecciones económicas y fiscales- dibuja un evolución de PIB de los países de la zona euro en forma de V siempre que las restricciones introducidas por sus gobiernos por el coronavirus comiencen a levantarse de forma paulatina partir de finales de este abril. Según ese escenario, el PIB de Alemania caería un 4,2% en el 2020 para crecer casi un 6% el próximo año. Sería así la peor recesión de la mayor economía de la UE desde hace una década.

Esta crisis también destapa la Europa de dos velocidades. Alemania cuenta con una reducida deuda pública, un superávit fiscal récord en el 2019 y una ventajosa posición para financiarse en los mercados.

Las perspectivas alemanas para la periferia de la UE es bien diferente: para el 2020 prevén una caída del PIB de Italia de casi el 10% y de casi el 8% en España.

Si eso se cumple, los mercados laborales español y griego cerrarán el 2020 con una tasa de desempleo superior al 18%, volviendo así a cifras que se daban por superadas tras a la última recesión. El peligro de una nueva crisis de deuda es «grande» en la eurozona.