El abaratamiento de las cuotas de las hipotecas que comenzó el pasado julio se prolongará durante medio año más. Así se desprende de la previsión de evolución de los tipos de interés que el mercado maneja estos días y sobre la que los bancos han realizado sus presupuestos para el 2020. Se trata de un cálculo sujeto a variaciones constantes, ya que depende de que la economía, y en consecuencia la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), evolucionen como se espera. Pero tanto las entidades como los analistas y los inversores estiman que es altamente probable que el precio del dinero presente pocas fluctuaciones notables durante unos años más.

Con el estallido de la crisis de la deuda pública europea en el 2012, el BCE comenzó a bajar los tipos oficiales de referencia de forma decidida para salvar el euro. El euribor, al que están vinculadas la mayoría de las hipotecas en España y que mide teóricamente el precio al que los bancos se prestan el dinero entre sí, empezó a caer en consecuencia. Y lo hizo hasta el punto de entrar en negativo en febrero del 2016 por primera vez en su historia, un territorio inexplorado que no ha abandonado desde entonces y que implica que las entidades en lugar de cobrarse entre sí por dejarse dinero, se cobran por tomarlo prestado. Es decir, se devuelven menos de lo que reciben.

El efecto fue que las cuotas de los créditos se abarataron de forma casi ininterrumpida entre febrero del 2012 y agosto del 2018, con una pequeña interrupción entre marzo y junio del 2014. La expectativa de que la autoridad monetaria subiera tipos hizo que las hipotecas empezaran a encarecerse en septiembre del 2018. Sin embargo, el deterioro de la economía de la zona euro llevó al BCE a cambiar de planes y anunciar que bajaría aún más los tipos, lo que provocó que las hipotecas volvieran a abaratarse a partir de junio del año pasado.

COMPARACIÓN FAVORABLE

La previsión es que lo sigan haciendo hasta junio de este año. Los créditos se actualizan en función de cómo está el euribor en el mes determinado en que toca revisar el préstamo respecto a su nivel de doce meses antes: la cuota sube si el valor presente es más alto que el pasado, y viceversa. La caída del pasado verano fue tan aguada que el índice marcó un mínimo histórico del -0,356% en agosto. Posteriormente comenzó a subir, ya que las medidas del BCE de septiembre fueron menos agresivas de lo esperado, pero la comparación interanual seguirá beneficiando a los hipotecados durante este primer semestre.

Para la segunda parte del año se augura una subida de las cuotas, pero leve. La estimación es que, de media anual, el euribor pase del -0,22% del año pasado al -0,26% en el 2020. Para una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con un diferencial del 0,99%, ello supondría una rebaja anual de unos 33 euros, si bien en abril -el mes que se prevé más beneficioso para los hipotecados- podría ascender a 130 euros, mientras que en agosto -el más perjudicial- se produciría un encarecimiento anual de 80 euros. Si se cumplen las previsiones, el euribor subiría al -0,19% en el 2021 y al -0,07% en el 2022, lo que produciría un encarecimiento anual en esa hipoteca de 56 euros y 98 euros, respectivamente.

CUESTIÓN DE AÑOS

Hay consenso en la tendencia previsible, pero ligeras diferencias en los detalles. Unicaja, por ejemplo, prevé un euribor del -0,3% este año, del -0,21% el próximo y del -0,11% en el 2022. Algunas entidades estiman que el índice volverá a niveles positivos en el 2023, pero CaixaBank lo retrasa al 2024. "Hay días más optimistas y otros más pesimistas", resumía el pasado viernes su presidente, Jordi Gual, para quien los tipos estarán planos hasta mediados del 2021 y luego comenzarán a subir suavemente.

La cuestión de fondo es si estos tipos impulsados por el BCE, beneficiosos para los hipotecados pero perjudiciales para los bancos, están sirviendo o no para reactivar la economía europea. La mayoría del consejo de la autoridad monetaria opina que sí, pero una ruidosa minoría no está de acuerdo. "Mario Draghi salvó el euro. Pero con los tipos actuales no veo que esa transmisión de la política monetaria esté ocurriendo: no hay más demanda de crédito y los ahorradores, si ven que sus ahorros valen menos, ahorran más", criticó esta semana Ana Botín, presidenta del Santander.