La demanda de hipotecas para la adquisición de vivienda se redujo con intensidad entre octubre y diciembre de 2019, hasta registrar su mayor caída desde 2013, debido al empeoramiento de las perspectivas sobre el mercado de la vivienda y, en menor medida, a los cambios regulatorios y fiscales. Así se desprende de la encuesta sobre préstamos bancarios en España publicada ayer por el Banco de España y relativa al último trimestre de 2019, que apunta también a una menor confianza de los consumidores y al aumento de la financiación con fondos propios u otras fuentes externas.

El deterioro de las expectativas, que también afecta a la situación económica en general, ha provocado que los criterios de aprobación de hipotecas aplicados por las entidades financieras se hayan endurecido ligeramente.

De igual forma, las condiciones generales aplicadas a estos préstamos, referidas a las cuantías, los plazos o las garantías, también se habrían endurecido debido a una mayor percepción de riesgos y su menor tolerancia, si bien las presiones competitivas compensaron en cierto modo su incremento.

Durante el último trimestre del 2019 se observó un ligero aumento de los márgenes aplicados tanto en los préstamos ordinarios como en los de mayor riesgo y un cierto incremento de los gastos distintos a los intereses. Por otro lado, los diez bancos participantes en la encuesta detallaron haber endurecido ligeramente los criterios de aprobación de préstamos para grandes empresas y pymes, algo que se debería a mayores costes relacionados con el nivel de capital y el incremento de los riesgos.

Las condiciones generales aplicadas habrían permanecido «bastante» estables, debido a que el efecto de la competencia compensó la mayor percepción de riesgos. Así, se evidencia un ligero descenso de los márgenes aplicados en los préstamos ordinarios y un cierto incremento de las cuantías concedidas y plazos de vencimiento.