Deutsche Bank obtuvo un beneficio neto atribuido de 232 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que representa un retroceso del 82,6% con respecto al mismo periodo de 2015, según informó la entidad, que deja abierta la puerta a nuevas medidas de ajuste si persiste la debilidad del entorno económico.

La cifra de negocio neta del mayor banco de Alemania experimentó entre enero y junio una caída del 20,9%, hasta 15.454 millones de euros, mientras que la partida destinada a provisionar el riesgo de crédito aumentó un 52,8%, hasta 564 millones.

En el segundo trimestre, Deutsche Bank obtuvo un beneficio atribuido de 18 millones de euros, un 97,7% menos que en el mismo periodo de 2015, mientras los ingresos netos disminuyeron un 19,5%, hasta 7.386 millones de euros.

"A pesar de que nuestros resultados muestran que estamos llevando a cabo una reestructuración, estamos satisfechos con los progresos que estamos realizando", declaró John Cryan, consejero delegado de la entidad.

No obstante, el máximo ejecutivo de Deutsche Bank precisó que "si persiste el débil entorno económico actual" el banco necesitará ser "más ambicioso" en su reestructuración.