La situación de Deutsche Bank preocupa en Alemania. Las acciones del banco bajaron el miércoles a 11,06 euros, y alcanzaron el valor más bajo de los últimos treinta años, aunque el jueves mostraban signos de recuperación. El semanario 'Spiegel' asegura en palabras de Stefan Kaiser, vicejefe de economía de la revista, que los culpables no son solo “los intereses bajos, sino sobre todo son los gestores del banco”. “Los dos mayores bancos - la entidad que preside John Ryan y el Commerzbank - se encuentran en medio de una dramática crisis cuyas causas han sido producidas en casa”. El primer banco germano habría tenido que pagar más de 12.000 millones de euros en pleitos por errores del pasado, en concreto por querer establecerse como el banco de inversión líder a través de prácticas “que hoy no son bien vistas”, explica, diplomático, Kaiser. Solamente por el escándalo de la manipulación del líbor tuvo que pagar el banco en el 2015 hasta 2.500 millones a las autoridades americanas y británicas.

Durante los meses previos a la crisis de las hipotecas, el banco habría ocultado el riesgo en la compra de participaciones en negocios inmobiliarios por unos 2.300 millones de euros. Irregularidad por la cual la casa sigue envuelta en varios procesos judiciales. En cuanto al Commerzbank, el experto le achaca el haber comprado el Dresdner Bank en el 2008, cargado de activos tóxicos, y el haberse enrolado en el negocio del financiamiento de barcos que no está dando los resultados prometidos.

La caída del Deutsche Bank, calificado banco "más peligroso del mundo" por el FMI --en caso de que se produjera una quiebra--, podría provocar una nueva crisis de dimensiones incalculabes. En el caso de hundimiento, los expertos plantean varios escenarios: la creación de un 'banco malo', una fuerte inyección de capital o dejarlo caer, opción mas bien improbable. “A medio y largo plazo hemos llegado al punto en el cual el Deutsche Bank necesita una inyección de capital”, escribe el periodista Jens Berger en la web Nachdenkseiten.

“El BCE podría obligar a los grandes accionistas a aumentar el capital” y dividir así el negocio de inversión internacional, convirtiéndolo en un 'banco malo' y separarlo del negocio propiamente alemán. “Esto no va a suceder, aunque no hay que ser profeta”, ha sentenciado. El experto en finanzas Lukas Zeise ya veía venir esta crisis en mayo, cuando declaraba que “La caída del 2007 la recoge el banco número uno ahora”, ya que según él, la estrategia iniciada en los 90 de luchar en el propio terreno de los competidores americanos, “ha fallado de forma espectacular”.

¿BALANCES SANOS?

El jefe de la Oficina de Riesgo del Deutsche Bank declaraba en una entrevista concedida al 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' el domingo pasado que el informe del FMI solamente dejaba claro que el banco es relevante, pero no peligroso. “Nuestra empresa es estable, nuestros balances están sanos”, aseguraba. Asimismo descartaba la necesidad de financiación externa esperanzado con que el banco pueda en el 2016 “generar de forma segura 5.000 millones de euros en beneficios para, de ese modo, aumentar capital de forma orgánica”.

Deutsche Bank perdió en el 2015 unos 6. 800 millones de euros, aunque en los primeros seis meses mejoró su balance y volvió a inscribir leves ganancias. En el test de estrés que la agencia europea EBA realizó la semana pasada, el mayor banco alemán mostró signos de debilidad ante posibles situaciones coyunturales adversas. Las caída en el valor de las acciones ha sido continuada desde el inicio de la crisis mundial en el 2007. En los últimos doce meses el banco ha perdido un 64% de su valor.

Según la estrategia diseñada con el objetivo del 2020 se propone cerrar oficinas y despedir a miles de trabajadores en todo el mundo. Solo en Alemania se verían 3.000 puestos afectados, así como 200 oficinas, sobre todo en Berlín y en Frankfurt. A pesar de la complicada situación que atraviesa el banco, varios ejecutivos del banco van a denunciar ante la justicia que no les están pagando los bonus que les corresponden. Se trataría de unos 150 millones de euros.