Pocas horas antes de comenzar la junta de accionistas que marcará un antes y un después en la historia de los supermercados Dia, tanto el consejo de administración como el fondo Letterone apuran sus últimas balas para intentar recabar apoyos. Ayer, el consejo de administración de la cadena sacó pecho con el anuncio de un pacto con los bancos acreedores para prorrogar el crédito sindicado de 912 millones de euros hasta el 31 de marzo de 2023 y el lunes hacía lo propio la firma de Fridman, L1 Retail, que posee el 29% del capital, con un comunicado en el que alentaba a los accionistas a votar su propuesta porque es «significativamente más favorable» para ellos.

La prórroga del crédito sindicado de 912 millones de euros anunciada en un hecho relevante a la CNMV trata de dar una mayor estabilidad a la propuesta de los actuales gestores de Dia, liderados por Borja de la Cierva, que plantean una ampliación de capital de 600 millones de euros. Sin embargo, esta prórroga no llega sola, sino que lo hace con una retahíla de condicionantes puestos por la banca, entre ellos, la aprobación de esa ampliación de 600 millones de euros en la junta de accionistas de hoy.

Pero, además, la banca también obliga a Dia a dedicar al menos 100 millones de la venta de Max Descuento (negocio mobiliario) y Clarel (perfumerías) a amortizar dicho crédito antes del 21 de abril del 2021 y a refinanciar los bonos con vencimiento en el 2021 antes de su vencimiento y hasta el 1 de enero de 2023. También le pide un beneficio bruto de explotación (Ebitda) igual o superior a 174 millones «en cada periodo de 12 meses» que finalice el 31 de diciembre de 2019 y el 30 de junio de 2020. También exige transferir un número de establecimientos comerciales que representen al menos el 60% del «Ebitda Restringido» a una filial operativa participada indirectamente al 100% por Dia. Esta última operación deberá ser aprobada en una junta general de accionistas antes del 15 de agosto. Antes del 30 de junio se deberá convocar y el 31 de diciembre de 2019 debería haber finalizado.

El fondo del magnate ruso Mijaíl Fridman, primer propietario de la compañía con el 29% de las acciones, defenderá en la junta su propia ampliación de capital de 500 millones -todavía sin el apoyo de la banca- y condicionada a la liquidación de la opa voluntaria que planteó hace poco más de un mes para hacerse con el control de la cadena tras la cual propone un «plan integral» para revivir la compañía.

El lunes, la filial del fondo dedicada a la distribución, L1Retail, enviaba un último comunicado en el que pedía a los accionistas apoyar su plan con tres argumentos: la propuesta de Dia genera «una gran incertidumbre» de ejecución entre los accionistas ante la falta de compromiso de «aseguramiento incondicional», L1 Retail ofrece un plan de rescate «integral» que aborda las necesidades a corto y largo plazo de la compañía y es «significativamente más favorable para los accionistas» porque les otorga «seguridad» al recibir 0,67 euros por acción y una prima del 56,1% sobre el precio de cierre del 4 de febrero de 2019.

En medio de ambas posiciones están el resto de accionistas de la cadena de súper, que deberán decidir qué fórmula utilizan para dar un soplo de vida a la compañía. De momento, se ha posicionado Western Gate -la división de inversión del millonario Luis Amaral, con una participación del 2% del capital- del lado del consejo de administración.