La locomotora europea empieza a notar los efectos de la crisis causada por la pandemia del coronavirus. Entre enero y marzo, la economía alemana cayó un 2,2% respecto al trimestre anterior, según informó ayer la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

A pesar de que el revés es ya visible, los economistas temen que en el próximo trimestre las repercusiones sean aún más drásticas. «La caída del PIB en el primer trimestre del 2020 todavía no muestra la verdadera dimensión de la crisis», dijo el experto en análisis coyunturales del Instituto Ifo de Múnich, Timo Wollmerhäuser.

Los principales institutos económicos del país barajan una caída del PIB en los próximos meses de entre el 10 y el 14%. «Es posible que hayamos dejado atrás el punto más bajo de la crisis pero la recuperación será lenta y durante mucho tiempo no se podrá hablar de normalidad», dijo Stefan Kooths, del Instituto de Estudios sobre la Economía Mundial de Kiel (IfW).

El miedo a pérdidas de ingresos, por desempleo o reducción de jornada, ha hecho que el ánimo de los consumidores baje a mínimos históricos.

La caída del 2,2% del primer trimestre es el mayor retroceso del PIB desde la crisis económica y financiera del 2008 y 2009 --cuando cayó un 4,7%-- y la segunda mayor caída desde la reunificación alemana en 1990.

El Gobierno de la cancillera alemana, Angela Merkel, cuenta con que en este año Alemania sufra la recesión más dura de la postguerra con una caída del PIB del 6,3%.

La paralización de la economía mundial por la pandemia ha afectado a las exportaciones y al consumo interno alemán, dos de sus pilares económicos. La producción industrial cayó en marzo un 11,6% y un 1,2% trimestral.También en términos interanuales la economía alemana se contrajo notablemente un 1,9%, un 2,3% corregidos los efectos estacionales y de calendario. Cifras negras que no se daban desde hacía más de una década.