La Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) ha abierto una investigación sobre las prácticas comerciales del fabricante alemán de automóviles BMW, según ha reconocido un portavoz de la compañía en declaraciones al diario 'The Wall Street Journal'.

"La SEC se ha puesto en contacto con nosotros y cooperaremos completamente con su investigación", indicó el portavoz de la firma alemana.

Según el rotativo, la SEC estaría examinando las prácticas comerciales de BMW en EEUU para determinar si el fabricante bávaro habría inflado sus datos de ventas al contabilizar los concesionarios como vendidos vehículos aún pendientes de comercializarse.

A finales del pasado mes de septiembre, FCA US y su matriz Fiat Chrysler Automobiles aceptaron pagar una multa de 40 millones de dólares para zanjar una investigación por haber informado erróneamente acerca de la cifra de vehículos vendidos mensualmente al contabilizar automóviles que aún no habían sido comercializados.

Los analistas bursátiles toman el dato de ventas de vehículos como base para prever los resultados de las marcas y avanzar su evolución en la bolsa. Es práctica habitual que los concesionarios acaparen vehículos con la intención de cumplir los compromisos de ventas con las marcas y acceder de esta manera paralelamente a descuentos por objetivos o 'rappels', que pueden suponer un porcentaje importante del margen comercial. Esos coches cedidos al concesionario no han sido vendidos pero ya son consolidados en las cuentas del ejercicio de las marcas. El efecto de esa práctica comercial es al final el contrario al que los analistas podían premiar, ya que supone restar ventas al periodo inmediatamente posterior y es difícil establecer el flujo de beneficios generado.

La elevada competencia en el sector del automóvil ha llevado a una mayor transparencia en los precios y márgenes existentes. En estas circunstancias, la práctica de los concesionarios de descontar las futuras comisiones por alcanzar los objetivos de ventas a la hora de establecer el precio de venta al público ha enturbiado el análisis de la rentabilidad de las marcas.