Cataluña es la autonomía con menor porcentaje de empleados en las administraciones (estatal, autonómica, local y universidades), con un 9,35% de asalariados del total de ocupados de la comunidad. Al otro lado de la horquilla se encuentra Extremadura, en la que este porcentaje alcanza el 23,45%. Dicho de otro modo, mientras casi uno de cada 10 ocupados en Cataluña trabaja en la función pública, en Extremadura lo hacen casi uno de cada cuatro. Los datos se extraen del cruce de las cifras del último Boletín Estadístico del personal al servicio de las Administraciones Públicas, referidos a junio del 2016 y que acaba de publicar el MInisterio de Hacienda y Función Pública, y la Encuesta de Población Activa, que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Hay varios motivos que explican esta disparidad, y que no se limitan a una mejor o más eficiente administración pública en uno u otro caso. De entrada, al haber un porcentaje más elevado de población ocupada en Cataluña que en Extremadura, el peso de la función pública sobre el total es menor. Además, en Cataluña hay una parte importante de los servicios que se pagan con cargo a los presupuestos públicos, pero que los realiza personal de empresas privadas concertadas, como sucede en la enseñanza y en la sanidad. Pero también hay que tener en cuenta que buena parte de las fuerzas policiales que actúan en Cataluña dependen de la autonomía, los Mossos d'Esquadra, hecho que no sucede en muchas otras comunidades.

Pero si Cataluña, junto con Baleares, son unos casos excepcionales porque son las únicas cuyo peso del empleo público está por debajo del 10%, Extremadura lo es también por el otro extremo, ya que no hay ninguna otra autonomía que supere el 20% de ocupados en el conjunto del sector público, ni tampoco el 10% (12,41% concretamente) en el subapartado de empleados autonómicos, ni el 6% en los de la administración local. Son unas cifras que se sitúan a mucha distancia en ambos casos del resto de autonomías, independientemente de si tienen más o menos nivel de paro.

La comunidad con menos personal, empleado, porcentualmente, a cargo de la autonomía es Baleares, seguido a muy poca distancia por Cataluña y Madrid. Mientras que, por motivos lógicos dado su estatus de capital del Estado, Madrid es la comunidad con mayor peso de los funcionarios de la Administración del Estado (5,37%), con Aragón en la segunda posición (3,97%) y Castilla y León en la tercera (3,63%). En el otro extremo de esta lista se encuentra Cataluña, con una presencia de empleados estatales de sólo el 0,8% sobre el total de ocupados, seguido del País Vasco, con el 1,23%. En ambos casos, el hecho de disponer de una policía propia rebaja mucho este porcentaje respecto a otras zonas de España.

AUMENTO DE PLANTILLA

Otro dato que se desprende del último Registro Central de Personal a cargo de las administraciones es que en el 2016 se ha incrementado por primera vez la plantilla total desde el 2010, cuando se había alcanzado el récord de empleados públicos (2.597.956). En junio del pasado año, la cifra se situó en 2.522.819, un leve incremento del 0,14% respecto a las cifras de medio año antes y que rompe por primera vez la tendencia a la baja imparable desde el citado 2010. El grueso de este leve incremento lo han protagonizado las autonomías, con unos 3.400 empleados más, y las universidades (4.778 más), mientras que el resto de administraciones han reducido levemente su personal.