Empresarios y directivos españoles apuestan claramente por la jubilación activa como figura para prolongar la vida laboral, aprovechar el talento de los mayores y ayudar a la sostenibilidad de las pensiones. Esta fórmula permitiría a los trabajadores jubilarse y mantener, al mismo tiempo, la actividad laboral y los ingresos, a cambio de recibir parte de la pensión. Así se desprende del 'Consenso Económico', correspondiente al primer trimestre de 2020, que desde el 1999 elabora la consultora PwC a partir de la opinión de un panel de más de 400 expertos de la empresa.

También ven adecuada la puesta en marcha de acuerdos directos entre empresas y jubilados, como contratos de compatibilidad para trabajadores ya retirados que no generen ni antigüedad ni indemnización, ahora solo vigentes para los autónomos con asalariados a su cargo. En esta edición, el informe incluye un monográfico dedicado al envejecimiento en España.

Una amplia mayoría de los panelistas (el 79%) considera que la diversidad generacional de las plantillas es un activo valioso en sí mismo y el 67% califica como absurda la idea, generalizada, de que la productividad de los trabajadores disminuye a partir de los 50 años. Además, un 69% no está de acuerdo con que los trabajadores mayores sean perfectamente sustituibles por otros más jóvenes, que sean más productivos y menos costosos. Sin embargo, el 73% cree que las empresas españolas no están preparadas suficientemente para aprovechar el talento senior que tienen en su seno y un 64% estima que las compañías carecen de estímulos adecuados, ya sean normativos o económicos, para retener a los empleados mayores en buenas condiciones de seguir trabajando.

Como consecuencia, empresarios y directivos, de forma mayoritaria (el 78%) proponen que se impulse la jubilación activa y también ven idónea (el 58%) la introducción de contratos de compatibilidad para trabajadores recién jubilados.

Desigualdades sociales

Los encuestados que integran este trabajo creen que la esperanza de vida en nuestro país y en los países más avanzados seguirá creciendo, aunque existe división de opiniones sobre si lo hará al mismo ritmo que en las últimas tres décadas: el 38% piensa que sí, el 17% que no y un 45% prefiere no pronunciarse. En lo que sí parecen estar de acuerdo casi la mitad de los encuestados (el 47%) es en que el impulso de la esperanza de vida, gracias a los nuevos descubrimientos y a las terapias genéticas, no van a llegar por igual a toda la población y pueden dar lugar a desigualdades sociales. Asimismo, muestran preocupados por el creciente número de personas de edades avanzadas que viven solas en España y la falta de políticas para atender esa situación.