España es un país que quiere salir de aquí con un acuerdo. Oigo países que defienden un 30%, otros un 40. El 35% puede ser una buena referencia. La ministra española de Transición ecológica, Teresa Ribera, se ha alineado este martes con la propuesta de compromiso puesta sobre la mesa por la presidencia austriaca de la UE para tratar de desbloquear las negociaciones del nuevo reglamento de reducción de emisiones de CO2 de los vehículos ligeros y furgonetas que se comercializarán en la UE a partir de 2030 y que incluye también medidas para impulsar la fabricación coches bajos en emisiones.

El punto de encuentro entre las 28 delegaciones sigue estando de momento muy alejado. La primera ronda de debate ha puesto de manifiesto que se impone la división entre los Estados miembros. Una docena de países han reclamado un objetivo de reducción tan ambicioso como el exigido hace una semana por la Eurocámara, del 40% como mínimo, tal y como defiende Francia, Dinamarca, Bélgica, Holanda o Italia, e incluso por encima del 50% que reclaman Suecia o Irlanda.

"Estos serían los niveles más adecuados. El Consejo no debe ser menos ambicioso de lo que propone el Parlamento Europeo que es e el mínimo de lo que se necesita", ha avisado la ministra sueca de medio ambiente, Karolina Skog. "Sabemos que algunos Estados quieren defender los puestos de trabajo actuales pero la mejor forma de hacerlo no es mantener la producción actual de turismos y furgonetas con carburantes fósiles. Si no cambiamos nuestro paradigma industrial perderemos puestos de trabajo que existen ahora", ha recordado el secretario de estado danés, Morten Baek.

SEIS PAÍSES CON ALEMANIA

Siete países, en cambio, han fijado el 30% de reducción propuesto por la Comisión Europea respecto al nivel de 2021- como su línea roja. Es el caso de Alemania y de buena parte de las delegaciones del este de Europa empezando por Eslovaquia, República checa, Polonia, Hungría, Bulgaria o Rumanía. Según Berlín ir más allá del 30% dañará la competitividad de la industria automovilística, lo mismo que denuncian los países del este que alertan también del impacto que la transición hacia coches limpios tendrá en su ciudadanía.

Los vehículos híbridos no suponen ni el 2% del parque que circula en la UE, entre el 1 y 2% en República checa. No podemos meternos en una situación en la que solo las personas con ingresos más altos tengan acceso a esta movilidad, ha alertado el ministro de medio ambiente checo, Richard Brabec. La propuesta de la Comisión del 30% ya es un objetivo muy ambicioso. Incrementar más ese objetivo puede tener consecuencias socioeconómicas importantes y hay que evitar ese impacto negativo, ha reclamado su colega de Hungría.

PROPUESTA DE COMPROMISO

A medio camino entre ambas posturas, y en línea con el compromiso dibujado por Austria, se han posicionado siete delegaciones. Es el caso de España, el segundo fabricante de vehículos a nivel europeo y con un sector que representa el 12% del PIB. Ribera ha puesto el acento en la discrepancia de opiniones y en la necesidad de encontrar este martes un acuerdo político que sea progresista y ambicioso pero por encima de todo un acuerdo. No debemos engañarnos. Oigo países que defienden un 30, otros un 40. El 35% puede ser una buena referencia siempre que pensemos más entre el 35 y 40 más que entre el 30 y 35%, ha subrayado durante su intervención en el debate público celebrado.

La negociación este martes se prevé larga. Nadie quiere salir del Consejo sin un acuerdo, especialmente apenas unas horas del contundente informe elaborado por los expertos de Naciones Unidas sobre cambio climático. Lo más importante es llegar a un acuerdo sobre la orientación general. Si no lo hacemos tendrá consecuencias graves. Tenemos que lanzar al mundo el mensaje de unión. Les insto a todos a que intenten entender que tenemos que intentar encontrar puntos en común, ha reivindicado el comisario de clima, Miguel Arias Cañete. Para la presidencia es muy importante lograr un acuerdo lo más amplio posible. Hago un llamamiento a los Estados miembros para que se muestren flexibles, ha solicitado la ministra de sostenibilidad y turismo austriaca, Elisabeth Köstinger.