La sociedad es cada vez más consciente de la importancia de cuidar el entorno en el que vivimos. La pandemia ha traído consigo algunas reflexiones como la necesidad de tener en cuenta el medio ambiente y la sostenibilidad. Por ello, poco a poco, España avanza hacia una movilidad sostenible. “Ya quedan muy pocas dudas de que el futuro de la movilidad será 100% eléctrico”, apunta João Seabra, country manager para España de Power Dot.

España tiene una trayectoria positiva. Las matriculaciones de vehículos eléctricos subieron el año pasado un 64% hasta un total de 20.156 unidades, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, Anfac. Un aumento que contrasta con la caída de ventas de vehículos del 32%. Según señala Seabra, la principal causa de este crecimiento exponencial se debe a la creación del plan MOVES por parte del Gobierno. Un plan de 100 millones de euros repartido por las comunidades autónomas enfocado en ayudar a la compra de vehículos eléctricos por parte de autónomos, personas físicas, entidades privadas y públicas.

A pesar de este avance significativo en 2020, España va retrasada por los años anteriores. El porcentaje de vehículos eléctricos en España quedó muy por detrás de muchos países europeos. En 2019 era de menos de 1.4%, comparado con Portugal (6%), Holanda (16%) o Noruega (55%). Todos estos países tienen algo en común: “Tenían ya incentivos públicos a la compra de vehículos eléctricos más atractivos que los ofrecidos por el Gobierno Español en esa época”.

Tal y como explica Seabra, los incentivos gubernamentales son una parte fundamental en la decisión de compra de vehículos eléctricos, pero hay otros factores igual o más importantes. “Varios estudios demuestran que uno de los principales factores es la falta de infraestructura pública para cargar vehículos eléctricos”, añade. España aquí se sitúa en la cola Europea en puntos de carga. A mediados de 2020, había 7.600, muy por detrás de los países nórdicos o de Francia, que pretende alcanzar los 100.000 en este 2021. “Esto es una enorme barrera en el momento de decisión de los españoles, porque la gran mayoría no tiene forma de cargar su coche en casa”, explica el country manager para España de Power Dot.

La necesidad de más cargadores

João Seabra explica que Power Dot quiere solucionar el problema de la falta de de cargadores de coches. “Queremos ser una parte importante en el desarrollo de la infraestructura Española, facilitando la decisión de los españoles en el momento de compra de un vehículo y ayudando a reducir drásticamente las emisiones de carbono, instalando puntos de carga en locales de acceso público”, explica.

Tal y como comenta la transformación hacia una movilidad 100% eléctrica si las entidades involucradas trabajen con el mismo objetivo. Power Dot está teniendo una receptividad muy buena por parte de las empresas españolas para poder instalar sus cargadores. En Francia y Portugal ya tienen bastantes puntos de carga y el país luso tienen alianzas con Uber, McDonad’s, Intermarché o CBRE. “Estamos ya en contacto con varias empresas de diferentes tamaños y de diferentes sectores y todas ellas demostraron bastante interés en saber más sobre nuestra solución”, señala sobre su expansión en España.

Power Dot hacen también toda la manutención, asegurándonos de que nuestros clientes no tienen ningún tipo de preocupación. Trabajan también de la mano de los fabricantes que tienen los modelos de cargadores más avanzados del mercado y están muy enfocados en la experiencia del cliente final: “Siempre que hay un problema con un cargador lo solucionamos de forma casi instantánea”.

Tienen grandes expectativas con su entrada en el mercado Español. Así, su objetivo es instalar 2.000 puntos de carga hasta el 2025 con una inversión total de 25 millones de euros. “Estamos ya trabajando de la mano de varias empresas españolas instaladoras de cargadores para garantizar que conseguimos ejecutar nuestro plan en cualquier punto del país”, comenta.

Power Dot quiere llegar al máximo de locales donde los españoles lo necesiten para “ayudar a una rápida transformación hacia el coche eléctrico hace falta un cargador en una zona de acceso público que el usuario visite con frecuencia”. Por ello, la compañía de cargadores se enfoca en espacios comerciales como supermercados o centros comerciales, pero también” queremos garantizar que cualquier persona puede hacer un viaje más largo sin tener preocupaciones de no tener donde cargar”. Por eso no excluyen ningún tipo de solución: “Lo importante es que consigamos llegar al máximo número de personas para acelerar el cambio de las ciudades españolas al objetivo de cero emisiones”.

Power Dot cobra un valor por cada kilowatio consumido. La carga de vehículos eléctricos no es algo lineal, es decir un coche con 80% de carga va a tardar mucho más en cargar 20% que un coche con 10% de carga. “Por eso la forma más justa de cobrar al usuario será siempre por los kws consumidos y no por el tiempo de carga”, señala Seabra. El precio por kw cambia dependiendo del tipo de cargador que sea utilizado. Tienen cargadores de diferentes potencias: lentos (7.4 kwh, 11 kwh), semi-rápidos (22 kwh), rápidos (50 kwh) o ultra-rápidos (de 100 kwh a 200 kwh). “Cuanto mayor sea la potencia, mayor es el precio por Kw consumido, ya que el cliente conseguirá aumentar su autonomía en un periodo de tiempo bastante más reducido”, concluye.