España podría cortarle las alas a Amazon como empresa de comercio electrónico. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha abierto un expediente para determinar si el gigante tecnológico debe ser considerado o no operador postal. En caso afirmativo, la compañía de Jeff Bezos tendría que atender a una serie de obligaciones como hacen otros 'mensajeros' como Correos, MRW, Seur y un sinfín de pequeñas empresas de paquetería.

Según han explicado fuentes del organismo, los operadores postales tienen una serie de obligaciones de carácter básico, como pueden ser, garantizar el derecho a la privacidad en las comunicaciones a terceros, la inviolabilidad de las comunicaciones o el secreto de las mismas, pero también otras respecto a los derechos de los usuario, relativas a reclamaciones o indemnizaciones por pérdida del paquete.

Pero además, los operadores postales deben presentar una "declaración responsable" que incluye una serie de "requisitos" entre los que se incluyen "el respeto a las normas que protegen los derechos de los trabajadores y los usuarios y los ordenamientos en materia tributaria o de inmigración". Así como inscribirse en el Registro General de empresas prestadoras de servicios postales, en caso de no hacerlo se enfrenta a una multa, aunque su cuantía es irrisoria (entre 800 y 2.000 euros).

Según la Dirección de Transportes y Sector Postal de la CNMC existen "indicios" de que Amazon presta servicios "que tendrían la consideración de servicios postales" y, por ello, ha iniciado un procedimiento para analizar las características de los envíos que gestiona, la actividad que realiza sobre ellos, la relación jurídica que mantiene con autónomos que realizan la distribución de sus paquetes, y con terceras empresas de paquetería, así como la gestión de sus taquillas autoservicio.

El estudio durará un periodo máximo de tres meses para su instrucción y posterior resolución por parte de la CNMC, aunque su apertura no prejuzga el resultado final del mismo, según ha informado el organismo.