La tasa de paro en los países desarrollados se mantuvo estable en el mes de febrero pasado, cifrado en el 5,4% de la población activa que se encontraba sin empleo. España es el país que lideró las estadísticas con más de diez décimas por encima de la media, con el 16,1%, debido a que los últimos datos publicados ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no recogen el paro de Grecia (20,8% en diciembre del 2017), el país que hasta ahora registraba la mayor tasa de desempleo.

Los datos muestran que 34,2 millones de personas se encontraban sin empleo en los países pertenecientes a la OCDE, 1,5 millones de desempleados más que en enero, aunque 14,9 millones menos que en el máximo marcado en enero del 2013.

En la zona euro, la tasa de paro si situó en el 8,5%, una décima menos que en el mes anterior, con descensos significativos en Letonia, de 0,3 puntos hasta el 8%, e Italia, el segundo país con más paro de la OCDE después de España, con un descenso de 0,2 puntos hasta el 10,9%.

España se mantuvo como el país con la tasa de paro más alta, a pesar de que esta se redujo una décima para situarse en el 16,1%. Por el contrario, la República Checa es el país con menos porcentaje de parados, el 2,4%.

La tasa de paro desglosada entre hombres y mujeres presentó un estancamiento y cifras ligeramente más elevadas entre el colectivo femenino. El paro entre los hombres de la OCDE fue en febrero del 5,3%, mientras que entre las mujeres fue de tres décimas más abultado, concretamente del 5,6%.

En España la brecha de género en la tasa de paro es una realidad porcentualmente mayor, puesto que entre los hombres el paro fue en febrero del 14,5% y entre las mujeres del 17,9%, más de tres décimas superior.