España es el tercer país donde se produce la electricidad más cara de entre los 28 estados de la Unión Europea. Concretamente, en el segundo semestre del 2017, las últimas cifras actualizadas por Eurostat, el kilovatio por hora se pagaba libre de impuestos a 0,1712 euros. Una cifra solo superada por Irlanda, donde el coste era de 0,1865 euros, y Bélgica, a 0,1790 euros. Por el contrario, Lituania produjo la electricidad más barata, a 0,0777 euros.

No obstante, el coste final que acaban pagando los hogares españoles por ese kilovatio hora es inferior, comparativamente, una vez sumados los impuestos. España tiene la séptima carga fiscal más baja en cuanto a electricidad y en precio, sumados impuestos, desciende hasta el sexto país de la UE en cuánto a precio final de la electricidad, pagando el kilovatio hora a 0,2177 euros. El peso de los impuestos en la factura de los hogares españoles fue del 21,4%. Donde estos tuvieron más peso fue en el país que más cara pagó la electricidad: Alemania, a un total de 0,3048 euros, Una cifra 2,8 veces mayor de lo que le cuesta producir la electricidad. Los impuestos representaron el 40% del precio total que pagan la media de los hogares de los 28 países miembros de la UE.

Si España produce la tercera electricidad más cara de la UE, en cuestión de gas es la primera. El coste de la energía para los hogares vía gas ascendió en el segundo semestre a 0,0692 euros, el 49% más caro que la media europea. Una vez sumados los impuestos, en materia de gas España experimentó la misma tendencia que en electricidad y descendió hasta el cuarto puesto en cuánto a precio más caro. Suecia fue el país que, tras sumarle los impuestos, pagó el gas más caro. Concretamente el peso de los impuestos fue del 45,3%, mientras que este en España fue del 20%.