Iberdrola ya tiene 10,6 millones (el 99,9% del total); Endesa, 11,4 millones (97,5%) y Unión Fenosa Distribución, 3,55 millones (98%). Edp unos 654.000 (98%) y Viesgo, 688.035 (100%). Las distribuidoras han hecho los deberes y ya han instalado la práctica totalidad de los contadores inteligentes en los hogares -con una potencia contratada menor o igual a 15KW- de cara al 31 de diciembre, fecha límite para el cambio.

Conocidos popularmente con el adjetivo de "inteligentes", los contadores de telemedia y telegestión son esos nuevos aparatos que han ido sustituyendo a los contadores analógicos que acumulaban la medida y requerían de una persona que tomase nota cada mes de un número. Los nuevos, se diferencian de estos en que miden de forma remota el consumo de energía realizado cada hora en un hogar.

Lo bueno para el usuario es que ahora puede consultar su consumo a través de la página web de su distribuidora o de Red Eléctrica de España (REE) en tiempo real, de forma que conocerá mejor sus hábitos y podrá, así, alterarlos en su beneficio. Y a las distribuidoras les permitirá monitorizar y actuar a distancia sobre la red eléctrica para "adelantarse a posibles incidentes y mejorar la calidad del servicio", además de agilizar los cambios de potencia o de tarifa.

Se han dado casos en los que con el nuevo contador la luz se iba al utilizar varios electrodomésticos y antes no. El motivo es que algunas compañías no limitaban la potencia de los hogares y cuando se les obligó a hacerlo (mediante un limitador de potencia o ICP) 'aparecieron' los nuevos contadores -que incluyen su propio ICP-, por lo que muchas distribuidoras priorizaron la instalación de contadores en detrimento de los limitadores. Y, por ello, es necesario aumentar la potencia contratada.

Hay casas en las que ocurre lo contrario, y es que el nuevo contador convive con el ICP y el usuario no lo sabe, por lo que si pide un cambio de potencia a su distribuidora (aumentar de 2,3KW a 2,5KW) pero el ICP se mantiene en 2,3KW, la luz se irá antes de alcanzar "lo contratado". En estos casos, hay que llamar a un electricista y eliminar el ICP.

¿Y SI NO LO TENGO?

Si bien, los hogares sin contadores inteligentes son los menos, todavía quedan algunos, sobre todo segundas viviendas, casas a las que los operarios no han podido acceder. En estos casos, lo más habitual será que la distribuidora, en vez de avisar del cambio a través de carteles en las fincas -como ha venido haciendo- contacte directamente con el cliente. El cambio de contador incluye el corte de la luz durante unos minutos.

Ni la retirada del antiguo ni la instalación del nuevo tiene coste alguno para el usuario. Pero sí el alquiler y mantenimiento, que antes era de 0,54 euros al mes, y ahora asciende a 0,81 euros. Existe la posibilidad de comprar los aparatos, pero con un precio entre 100 y 200 euros al que hay que añadir controles de seguridad y sus consecuentes costes administrativos.

¿ROBO DE DATOS?

Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), autores de un informe (2015) que alertaba sobre las "debilidades" de estos contadores, como la posibilidad de que los 'hackers' corten el suministro, aseguran que, aunque "todo sistema conectado es susceptible de sufrir un ataque", los protocolos actuales "son muy amplios" con niveles de encriptación de datos y autentificación entre consumidor y empresa que dificultan esa posibilidad.