Nadie se escapa de la pobreza energética, y en el resto de Europa parece que menos aún. "Debemos implantar leyes como la catalana, que impide que se hagan cortes de luz a familias pobres", señalan varios activistas internacionales que defienden los derechos energéticos tras un congreso que realizó la Alianza contra la Pobreza Energética en Catalunya (APE) y Enginyeria Sense Fronteres (ESF) hace unas semanas. Se refieren a la ley catalana 24/2015, que salió de una ILP, una iniciativa legislativa popular, y consiguió que el Parlament la aprobara por unanimidad. Todos coinciden en que hay que añadir el derecho humano al acceso a la energía -luz, agua y gas- y que los estados deben garantizarlo. "Con los derechos no se puede mercadear", añaden.

Reino Unido, contadores prepago

"Hay famílias que no pueden pagar la luz, que enferman porque su casa está fría, niños que tienen problemas respiratorios debido a que en su casa no hay electricidad porque no se puede pagar", describe James Angel, miembro del movimiento Switched On London. Explica que en su país el mercado de la electricidad está "privatizado con muchas empresas que hacen negocio", y alerta de un sistema que lleva años extendido en el Reino Unido: los contadores prepago. "Los clientes deben pagar para que su contador funcione y les traiga energía hasta su casa, y quienes no se lo pueden permitir, no tienen luz, así, directamente". Un riesgo que temen los activistas de Barcelona, para que las empresas se eviten impagos y nadie pueda decir que les han cortado la luz.

Grecia, sin apenas ayudas

En Grecia, en cambio, el mercado de la energía depende de empresas estatales que están nacionalizadas. "Pero cada vez está entrando más capital inversor y empresas privades" matiza Tonia Katerini, representante de la plataforma Stop Auctions. Ellos nacieron por "el derecho a la vivienda", una especie de PAH, pero han visto que la pobreza energética afecta a centenares de griegos. "Hay ayudas del estado, pero para acceder a ella tienes que ser exageradamente pobre, y hay muchos hogares que no pueden pagar los recibos, pero están fuera de cualquiera ayuda social, y acaban por quedarse sin luz.

Bélgica, complejidad y cortes

"Es especialmente sensible la zona de flandes, donde se encuentran gran parte de familias vulnerables que no puedeb hacer frente a los impagos", relata Stefan Goemaere, del colectivo Samenlevingsopbouw. En Bélgica el sistema eléctrico es bastante complejo, pero digamos que las familias vulnerables pueden romper su contrato con las empresas comercializaciores e irse directamente a la distribuidoras, obligadas por el estado a ofrecer un precio menor -y una potencia menor-. "La realidad es que aún así hay famílias que no pueden pagar y se les corta la luz, esto es muy grave e injusto, y más teniendo en cuenta las temperaturas a las que podemos llegar en inverno", se queja.

Guatemala, la lucha indígena

"Nuestra lucha se ha cobrado ya algunas muertes", señala Thelma Cabrera Pérez, responsable del comité de desarrollo campesino CODECA de Guatemala. Estas comunidades rurales e indígenas luchan contra la privatización de la energía, ya que esto ha provocado "un aumento inasumible del precio". No solo piden al estado que vuelva a asumir la gestión eléctrica, sinó que exigen a las eléctricas que dejen de usar el medio ambiente, y de contaminarlo, para producir energía en su país para luego venderla a terceros países. "Con nuestra naturaleza no se hace negocio", exige.