De nuevo, a velocidad de crucero. "Esto puede estar al caer", afirman fuentes conocedoras de las negociaciones para la fusión entre CaixaBank y Bankia, la primera de gran envergadura en dos décadas. El escollo del precio para el intercambio de acciones (ecuación de canje) se habría superado tras encontrarse una fórmula que satisface a los dos protagonistas del proceso, la Fundación Bancaria La Caixa, el principal accionista de CaixaBank a través de Criteria; y el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Este martes es un día de reuniones clave que podrían desembocar en la convocatoria de los consejos de administración de ambos bancos para ratificar la operación incluso para este miércoles. Está previsto incluso un encuentro entre el presidente de la Fundación y Criteria, Isidre Fainé; y la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Nadia Calviño que puede precipitar los acontecimientos.

Gracias a la fórmula que se ha encontrado, el principal accionista de CaixaBank podría mantener el 30% en el nuevo grupo, un umbral a partir del que puede seguir con las ventajas del régimen especial de consolidación fiscal de los conglomerados de participaciones industriales, de acuerdo con la ley del impuesto de sociedades y la de fundaciones bancarias. Y, a la vez, podrá pagar al Estado la prima del 20% por las acciones de Bankia, que le otorgarían un peso accionarial en la entidad resultante de la integración mayor al previsto, en torno al 16%, en vez del 15%.

Según publica 'El País', el Banco Central Europeo (BCE) estaría dispuesto a que Criteria y, por tanto la Fundació, elevara de forma temporal su cuota en CaixaBank, del 40% actual a alrededor del 41% para que al hacer el intercambio de acciones con Bankia mantuviera el objetivo no caer por debajo del umbral del 30% en el nuevo grupo. Esta autorización es preceptiva porque la autoridad monetaria europea no quiere que una entidad vinculada a las antiguas cajas de ahorros tenga un peso mayor del 40% en el capital de un banco. Sin este movimiento qu desencalla unas negociaciones que sde habían encallado y que puede suponer el desembolso de unos 100 millones por parte de Criteria antes o después de la fusión por absorción, la hólding de La Caixa se garantiza mantener el tratamiento fiscal actual sin el cual la operación dejaría de tener sentido.

El acuerdo final determinará la proporción definitiva del nuevo banco que controlarán los accionistas de CaixaBank que, inicialmente sería del 75%, pero que puede acabar siendo del 76% si Criteria adquire más acciones para poder mantener el 30% en la nueva entidad. La Fundación posee el 40% del Caixabank a través de Criteria y el Estado, a través del FROB, el 61,8% de Bankia.

A su vez, el nuevo banco resultante de la fusión entre CaixaBank y Bankia utilizará solo la marca comercial de CaixaBank, además de la estrella de Joan Miró, que es propiedad de la Fundació, con lo que desaparecerá la de la otra entidad, según fuentes de las negociaciones. De hecho, el banco de origen catalán ha optado siempre por mantener su marca comercial, como ocurrió al absorber Caixa Girona, Banca Cívica o Banco de Valencia. Además se trata de una marca que se considera más potente que la de Bankia.

También se está perfilando el nuevo consejo de administración y los planes relacionados con el número de oficinas y de empleos necesarios en el nuevo gigante bancario, que será el tercero de España por activos, con más de 630.000 millones de euros.