L a pandemia dejará este año un cráter de proporciones históricas en la economía española, pero la recuperación podría ser algo más vigorosa en el 2021 de lo previsto hace tres meses. Ese es el escenario que dibujan las previsiones del FMI, que ha vuelto a situar a España como el país más golpeado de la zona euro por el impacto del coronavirus. A corto plazo, sus constantes vitales no han variado desde junio. El FMI augura una contracción para este año del 12,8% del PIB, una cifra sin parangón entre las grandes economías, peor incluso que el descalabro del 11,2% previsto por el Gobierno. El contrapunto llegaría en el 2021, cuando el FMI espera que España crezca un 7,2% (lo mismo que el Gobierno), más que ninguna otra de las economías del euro y casi un punto por encima de lo proyectado hace tres meses.

El rebote de la economía el año próximo y la proyección del FMI hasta el 2025 incorpora el efecto de los fondos europeos de reconstrucción asignados a España. Para el 2025 apenas se apunta un crecimiento del PIB del 1,5%. El IPC, que debe servir de guía al Gobierno para la subida de las pensiones, pasará del -0,2% este año al 0,8% el próximo, según el FMI.

«Datos recientes sugieren que muchas economías han empezado a recuperarse a un ritmo más rápido de lo anticipado tras la reapertura que siguió al gran confinamiento», asegura el informe presentado ayer en Washington de forma virtual. Un repunte que achaca a los estímulos fiscales y monetarios sin precedentes puestos en marcha por gobiernos y bancos centrales para prevenir el colapso. «En conjunto, estas acciones han prevenido hasta ahora una reedición de la catástrofe financiera del 2008-2009», afirma el FMI.

El resultado es una «recesión algo menos severa, aunque todavía profunda en el 2020». A modo de comparación, en el 2009, el año más crudo de la gran recesión, la economía mundial se contrajo un 0,7% (un 3,7% en España, según el FMI). Pero el organismo también vislumbra una recuperación más accidentada de la prevista en junio por el «rápido aumento» de las infecciones en los países pobres y emergentes.

De las grandes economías, China es la única que acabará este año fuera de los números rojos. Pero el FMI también constata que EEUU ha amortiguado el golpe mejor de lo previsto. Si bien la mayor economía del mundo se contraerá un 4,7% de su PIB en el 2020, son casi cuatro puntos menos de los anticipados en junio; y casi la mitad del descalabro previsto en la zona euro, que espera una contracción del 8,3%.

España presenta el peor desempeño de toda la región, seguido por Italia (-10,6%), Francia y Reino Unido (-9,8) y Alemania (-6%). El Fondo Monetario no explica los motivos de esta disparidad, pero sugiere que las economías más sustentadas en los servicios de contacto intensivo, como el turismo, están sufriendo más que las economías con base industrial. La buena noticia es que España debería crecer el año que viene más que sus pares, concretamente dos puntos por encima de la media de la eurozona (5,2%). Unas proyecciones que el FMI condiciona a la expiración en el 2021 de las restricciones aplicadas contra el covid-19 y la continuidad de las políticas económicas del Gobierno. Pero la profunda recesión de este año se reflejará en el paro, que quedaría durante los dos próximos ejercicios en el 16,8% de la población activa, casi tres puntos por encima que en el 2019.

Todo son incógnitas para el futuro, aunque el FMI sostiene que las consecuencias de la pandemia serán profundas y duraderas sin medidas osadas. Su factura oscilará entre los 11 y los 28 billones de dólares, el monto de la riqueza perdida hasta el 2025. H