Los países del sur habían reclamado un fondo de recuperación de 1,5 billones de euros con transferencias a fondo perdido. Los del norte uno basado en préstamos con estrictas condiciones. Para contentar a ambos bloques, el plan anticrisis diseñado por la Comisión Europea propone una mezcla de ambos, en línea con el camino marcado por el eje franco-alemán: un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, que se financiará con una emisión de deuda europea sin precedentes en la historia comunitaria y se distribuirá en forma de subsidios no reembolsables y préstamos condicionados a reformas. Según las estimaciones de la Comisión, España podría percibir 77.324 millones en ayudas a fondo perdido y 63.122 millones en forma de préstamos.

De los 750.000 millones de euros del nuevo instrumento, bautizado como Next Generation EU, 500.000 millones se distribuirán entre los países más golpeados por la pandemia en forma de transferencias -como propusieron París y Berlín- y los restantes 250.000 millones en forma de préstamos.

LUCHA CONTRA LA RECESIÓN / «Estas ayudas son inversiones en nuestro futuro. No tienen nada que ver con las deudas pasadas de los Estados miembros», recordó la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante la presentación ante el Parlamento Europeo del plan que nace para luchar contra la recesión que provocará el coronavirus y evitar una fragmentación que dinamite el mercado único.

Según la alemana, la proporción de subsidios y préstamos propuesta es la adecuada para responder a la crisis aunque ha admitido que la pelota está ahora en manos de los líderes europeos. «Esta es una crisis excepcional y por eso se necesita una señal única ante la crisis y esta propuesta es un paso en este sentido», ha avisado subrayando que las necesidades de financiación «son enormes» y que es un momento «crucial» para la UE.

Según la clave de reparto utilizada por la Comisión Europea y a la que ha tenido acceso este diario, España e Italia serían los dos países más beneficiados de este nuevo plan de reconstrucción por delante de Francia, Alemania y Polonia. Según estas estimaciones, España podría percibir algo más de 140.000 millones, 77.324 millones en forma de subvenciones a fondo perdido y 63.122 millones en forma de préstamos baratos, mientras que Italia podría obtener cerca de 173.000 millones, 81.807 millones en forma de ayudas y 90.938 millones por medio de préstamos a condiciones favorables gracias a la triple AAA de la que goza la Comisión.

ACOGIDA POSITIVA / Tanto el Gobierno español como el italiano han acogido positivamente las propuestas. «Acogemos positivamente el paquete financiero presentado por la Comisión Europea, que recoge muchas de las demandas que se han planteado desde España. Es una base para la negociación», señalaron fuentes de la Moncloa, informa Juan Ruiz Sierra.

El fondo sigue la pauta marcada hace una semana por Angela Merkel y Emmanuel Macron, y su plan de medio billón en transferencias. Para pagar el coste del nuevo fondo temporal -que se podrá utilizar hasta finales del 2024- y no aumentar las contribuciones de los Estados miembros, una línea roja para el club de los frugales- Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia-, Bruselas sugiere aumentar el margen fiscal elevando el techo de recursos propios (del 1,2% al 2% del PIB).

La idea es usar el nuevo margen, de unos 100.000 millones de euros, para captar fondos en los mercados de capitales a partir de una emisión de deuda a devolver a partir del 2028 y hasta el año 2058.

Para garantizar una financiación suficiente, la Comisión propone además aumentar los recursos propios de la Unión Europea con la creación de nuevos impuestos verdes y a las grandes empresas. «Es justo que las empresas que se aprovechan de las ventajas del mercado único contribuyan con un impuesto», justificó el comisario de presupuesto, Johannes Hahn, que al igual que su jefa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen insistió en la necesidad de lograr un acuerdo rápido, como muy tarde en julio.

recomendaciones / El grueso del nuevo fondo, 560.000 millones, estará destinado a la Facilidad para la Resiliencia y Recuperación, a la que podrán acudir los Estados miembros a cambio de planes nacionales de inversión y reformas en base a las prioridades identificadas en el semestre europeo, las recomendaciones de la UE por país y las prioridades europeas en materia de transición verde y digital. A esto se suma la iniciativa ReactEU para apoyar con 55.000 millones a la política de cohesión, que podría estar disponible este mismo año.

El segundo pilar incluye dos instrumentos para incentivar las inversiones: uno con 31.000 millones para movilizar inversiones de hasta 300.000 millones para garantizar la solvencia de empresas sanas y una facilidad para apoyar a sectores y tecnologías estratégicas, como la industria farmacéutica, a partir de un presupuesto de 15.000 millones que pretende movilizar 150.000 millones e total. El último pilar incluye un programa sanitario de 9.400 millones para reforzar la seguridad sanitaria así como 2.000 millones para mejorar el mecanismo de protección civil de la UE. A esto se suman otros 16.500 millones para fortalecer la acción exterior y 40.000 millones del fondo de transición para apoyar a los países en la transición ecológica.