Integrar y ofrecer mayores oportunidades a los trabajadores de mayor edad fue uno de los principales compromisos a los que llegaron los ministros de Trabajo de los países del G-20 y otras naciones invitadas, como España o Chile, en la cumbre celebrada ayer en Matsuyama (Japón).

«Reconocemos la importancia de promover una sociedad con un envejecimiento activo que permita a todos participar en el mercado laboral sin discriminaciones», dice la declaración conjunta difundida al final de la cumbre de dos días. La reunión formó parte de las ocho sesiones ministeriales sectoriales del G-20 programadas para este año, bajo presidencia japonesa, y que tuvo su cumbre anual en junio en la ciudad de Osaka.

«Una población que envejece traerá nuevas oportunidades de trabajo asociadas con la ‘economía plateada’», consensuaron en la declaración final refiriéndose a la economía enfocada en la producción de productos y servicios para la tercera edad. «Pero sin acciones apropiadas -agrega-, también puede provocar escasez de mano de obra y habilidades, así como un crecimiento económico más lento, pobreza y desigualdad en la vejez».

En representación de España acudió la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, que puso sobre la mesa como ejemplo de medidas para la inclusión laboral de las capas más envejecidas en el mercado de trabajo español el plan «Reinserta-T», tal como detalló el Ministerio en un comunicado oficial previo.

Este proyecto tiene como principal objetivo la reducción del paro de larga duración y su meta es disminuir el número de personas afectadas por esta lacra en medio millón. Para ello tiene un presupuesto total, a lo largo de los tres años de duración del mismo, de 1.313 millones de euros.

Una medida que sí que persigue directamente la mejora de la empleabilidad de colectivos como los parados de larga duración son las bonificaciones a la contratación.