Todas las revalorizaciones de las pensiones y las mejoras de estas prestaciones aprobadas por el Gobierno en los últimos meses habían de tener una repercusión clara en el gasto, y así ha sido. Este mes de enero la nómina de las pensiones a cargo de la Seguridad Social asciende a 9.535,52 millones de euros, lo que supone una subida interanual del 7,08% en un año. Se trata del mayor incremento registrado desde el 2009.

El aumento del gasto se produce a pesar de que la cifra total de pensionistas no es la mayor registrada hasta ahora. Este mes se pagarán 9.695.970 pensiones, ligeramente por debajo de las 9.696.272 pagadas en diciembre del 2018, la cifra récord hasta el momento. Sí que es la primera vez que el número de jubilados en España supera los seis millones, exactamente 6.000.191.

Según los datos publicados ayer por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, este fue el sexto mes consecutivo en que la nómina de pensiones ha aumentado más del 4%, después de varios años con subidas más moderadas.

Este alza del gasto en pensiones se debe al incremento del número de pensionistas así como de su revalorización general del 1,6%, que alcanza el 3% en el caso de las pensiones mínimas y las no contributivas, así como del alza del 56% al 60% de la base de la pensión de viudedad.

FRENO A LA DEVALUACIÓN / Los efectos de la reforma que puso en marcha el Gobierno del PP en el 2016 se notaron en la evolución de la pensión media de las nuevas altas. Pese a tener en su mayoría largas carreras de cotización, en el 2016 la pensión media de las nuevas altas se redujo un 0,63%, en el 2017 bajó el 1,25% y no fue hasta diciembre del año pasado que volvió a una ligera senda de subida con un 0,31% de aumento.

Sin embargo, como aumentó mucho el número total de pensionistas, el gasto siguió subiendo durante esos ejercicios y ahora que se han mejorado las prestaciones se ha disparado hasta el 7% registrado en enero.

Durante enero, la pensión media de jubilación se sitúa en 1.129,66 euros, lo que supone una subida del 5,1% respecto a enero del 2018, mientras que la de viudedad ha alcanzado los 707,4 euros, un 8,6% más que al año anterior.

Respecto a las nuevas altas, la pensión media de jubilación se ha situado el pasado 1 de enero en 1.348,84 euros en el conjunto del sistema.

La pensión media, por su parte, que comprende las de jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares, se ha situado en 983,46 euros mensuales, con un ascenso interanual del 5,72%. De todas las prestaciones ofrecidas, el 61,88% han sido prestaciones por jubilación, 6.000.191 concretamente, mientras que 2.361.540 han correspondido a prestaciones de viudedad; 954.031 a incapacidad permanente; 337.866 a orfandad y 42.242 a favor de familiares.

Por otro lado, la edad media del pensionista español se sitúa en los 72 años, con un promedio de 74 años entre las mujeres y de 70 años entre los hombres.

ASEGURAR LA SOSTENIBILIDAD / El fuerte ritmo de aumento del coste de las prestaciones da más argumentos a las instituciones que reclaman medidas complementarias para asegurar la sostenibilidad del sistema, ya sea por la vía de los ingresos o por las del gasto.

Ayer, el director general de economía y estadística del Banco de España, Óscar Arce, advirtió de que era necesario un «rediseño» del sistema de pensiones con «cierta celeridad».

La reforma, recalcó Arce durante una intervención en una jornada sobre pensiones organizada por Inverco, debería sostenerse sobre dos pilares: la sostenibilidad financiera del sistema, con un mecanismo automático que garantice su equilibrio y que disponga de la suficiente aceptación social; y que sea predectible, contributivo y transparente. En este punto, el Banco de España considera que una fórmula de «cuentas nacionales», que registren todo lo que el trabajador cotice a lo largo de su vida laboral y que ajuste la pensión a lo efectivamente cotizado, junto con otras variables como la esperanza de vida en el momento de la jubilación, la ratio entre cotizantes y jubilados o el crecimiento del producto interior bruto (PIB), es la mejor fórmula para cuantificar el derecho de pensión en el futuro.

Las prisas que da el Banco de España para realizar una reforma se basan en sus cálculos sobre el coste a largo plazo de las últimas medidas de mejora de las pensiones.

Según el organismo regulador, tras suspenderse la aplicación de llamado índice de revalorización de las pensiones creado en el 2013 y que limitó su revalorización a un 0,25% anual, y al vincular nuevamente las pensiones al índice de precios de consumo (IPC) se producirá un aumento de coste de 1,4 puntos del PIB en el año 2030 y de 3,4% en el 2050 «en ausencia de medidas adicionales».