General Motors (GM) y el sindicato que representa a sus trabajadores han llegado a un principio de acuerdo para solucionar sus diferencias tras un mes de huelga que ha paralizado las 46 plantas que el fabricante de vehículos de Detroit tiene en Estados Unidos. Aunque los detalles del acuerdo no se han hecho todavía públicos, United Auto Workers (UAW), que representa a más de 46.000 empleados de GM, ha asegurado que el acuerdo contiene grandes avances para sus afiliados. El sindicato había demandado un aumento de los salarios, nuevos puestos de trabajo, la reapertura de varias plantas y una mejora en el contrato de los trabajadores temporales, que cobran bastante menos que los fijos. El acuerdo tiene que ser ahora votado por el liderazgo de UAW y más tarde ratificado por los trabajadores.

Los dirigentes del sindicato se reunirán este jueves en Detroit para decidir si se acepta el acuerdo y se levanta la huelga, el mayor paro realizado por los trabajadores de GM desde los años setenta. A pesar de que la compañía ha remontado con creces el vuelo desde que fuera rescatada por los contribuyentes hace una década ganó 8.000 millones de dólares en beneficios en 2018, el año pasado anunció un plan de restructuración que incluía el cierre de cuatro plantas, el despido de 14.000 trabajadores y el recorte de la cobertura sanitaria de sus empleados.